Gobiernos y administraciones se han plegado durante años a los deseos de Volkswagen, facilitándole a la multinacional alemana préstamos y subvenciones en algunos países. Export Development Canada (EDC) financió con 400 millones de euros al Grupo Volkswagen para la expansión de sus operaciones en el sur de Estados Unidos y México. La maquinaria de lobby que se puso en marcha en los Estados Unidos en 1992 ha repartido hasta la fecha 17 millones de dólares para conseguir veredictos favorables a sus propuestas. Seis de los siete lobistas contratados han tenido previamente puestos en el gobierno norteamericano. Pero las poderosas influencias no han podido evitar que de Estados Unidos la compañía salga con una condena internacional a su reputación, más el quebranto económico que arrastrará durante largos años.
En el periodo 2013-2015 Volkswagen desembolsó tres millones de dólares para mover influencias en el Capitolio. Las últimas acciones corrieron a cargo del bufete Akin Gump, que ha intermediado en proyectos en Rusia. Las aportaciones a las campañas electorales, la denominada PAC, son testimoniales como refleja el último año. Registra una simbólica aportación de 3.100 dólares a los demócratas y 500 dólares a los republicanos. Desde 1.992 la firma únicamente contabiliza 49.875 dólares en donaciones a candidatos presidenciales.
Convenció a los eurodiputados que
sus automóviles “son seguros
y respetuosos con el medio ambiente”
En Europa el presupuesto para acciones de lobby asciende a 3,3 millones de euros destinados a influir en las directivas que más le afectan en la Unión Europea. Meses antes de que saltara el escándalo que ha tenido la primera víctima en su presidente Martin Winterkorn (en la imagen), directivos de Volkswagen AG mantuvieron una reunión en Bruselas, el pasado 21 de abril, con Telmo Baltazar, asesor político del presidente Juncker y experto en temas medio ambientales. La multinacional ha vendido durante estos años a los eurodiputados que sus automóviles son “seguros y respetuosos con el medio ambiente”, como refleja en el registro de transparencia. Volkswagen fue objeto de numerosas investigaciones de la Comisión Europea por su habilidad para utilizar las leyes de la competencia para ‘forjar políticas de precios’ con sus distribuidores. También fue investigada cuando Portugal decidió concederle 36 millones de euros de ayudas públicas a Volkswagen Autoeuropa, filial del grupo.
Las prioridades de la multinacional alemana en la UE, anunciadas en Bruselas, revelan el cinismo de sus representantes. Volkswagen manifiesta su interés por “la regulación de las emisiones, los sistemas de propulsión alternativos, entre otros energía limpia para el transporte y la directiva sobre la construcción de infraestructura para combustibles alternativos”. También hace hincapié en la negociación del Acuerdo del Comercio Transatlántico con los EEUU y el tratado de libre comercio con Japón. La cara amable de la compañía son las donaciones altruistas, como los 318.900 euros entregados a la Fundación Peter Maffay que ayuda a niños en riesgo de exclusión en Alemania, España y Rumanía.
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