McKinsey & Company cree haber dado con la fórmula para que los ciudadanos puedan beneficiarse de las transformaciones de sus gobiernos. Muchos servicios gubernamentales no satisfacen las crecientes expectativas de los ciudadanos lo que contribuye al descontento público, asegura la consultora norteamericana. En este informe pronostica que los gobiernos de todo el mundo podrían ahorrar 3,5 billones de dólares al año para 2021, manteniendo al mismo tiempo los niveles de calidad del servicio. Alternativamente, podrían liberar fondos para los servicios que más les interesan a los ciudadanos, mientras mantienen constantes los gastos generales.
Los gobiernos de todo el mundo saben que para beneficiar a sus ciudadanos, deben transformar los servicios que brindan. Las poblaciones envejecidas ejercen una gran presión sobre los servicios sociales y de salud; los sistemas educativos deben equipar a los jóvenes con las habilidades necesarias para un mundo impulsado por la tecnología ; y la forma cambiante de las ciudades está creando nuevas demandas de infraestructura.
La tasa de fallas de las transformaciones del gobierno es demasiado alta, según los expertos de McKinsey&Company. Cerca del 80% de los esfuerzos de los gobiernos no cumplen plenamente sus objetivos, según se desprende de una encuesta entre 3.000 funcionarios públicos realizada en 18 países, España incluida. Estos graves errores representan una gran oportunidad perdida para abordar los mayores desafíos de la sociedad de manera más efectiva, para ofrecer a los ciudadanos mejores experiencias con el gobierno y para hacer un uso más productivo de los recursos públicos limitados.
Los líderes intentan reformar demasiado
La consultora sostiene que los líderes gubernamentales a menudo tienen un capital político limitado, particularmente en servicios sensibles como educación y salud. También subraya los casos en que los ministros están en una minoría o en un gobierno de coalición. Sus analistas consideran que el sector público a menudo tiene demasiadas prioridades y que los líderes intentan reformar demasiado. También pone el acento es la cortedad del liderazgo que en muchos casos frustra proyectos de interés para el bien público. Al respecto señala como una revisión de los ministros de salud en 23 países de 1990 a 2009 encontró que la mitad de ellos estuvo menos de dos años en el cargo.
Desde McKinsey&Company se considera que hay acciones conjuntas que pueden triplicar el éxito de las transformaciones gubernamentales. Considera que los líderes deben ir más allá de las rutinas estándar de gestión del sector público, dedicar energía extraordinaria al esfuerzo, asumir la responsabilidad personal del éxito o el fracaso, liderar con el ejemplo para facilitar el cambio y desafiar las convenciones establecidas. Las transformaciones requieren un ritmo rápido pero constante; una jerarquía más plana, con una estrecha colaboración entre diferentes agencias y funciones; y flexibilidad, por lo que los problemas se resuelven a medida que surgen. También requieren un equipo de transformación con poder y concentración para conducir y seguir el progreso.
Pocos gobiernos comunican de manera efectiva para ganar corazones y mentes. Casi el 90% de los participantes en la encuesta reconoce que la transformación habría conseguido mayores logros con un mayor compromiso de los ejecutivos o altos cargos.