La organización civil europa fundada hace 30 años, Transport and Environment (T&E), que busca como objetivo último conseguir un sistema de movilidad sin emisiones contaminantes y que ha colaborado activamente en destapar engaños de los fabricantes, por ejemplo el conocido como dieselgate, acaba de publicar un informe en el que muestra que tres modelos de automóviles híbridos (eléctricos enchufables y de combustión) de los más vendidos, tomados como muestra para el estudio, emiten mucho más dióxido de carbono (CO2 ) del que los fabricantes, BMW, Volvo y Mitsubishi, anuncian.
Los tres modelos, BMW X5 (en la imagen), VolvoXC60 y Mitsubishi Outlander fueron sometidos a pruebas analíticas en condiciones reales por el laboratorio independiente ‘Emissions Analytics’, con la conclusión de que superaban entre un 28% y 89% los niveles de contaminación publicitada por las empresas. Estos porcentajes se refieren exclusivamente a las pruebas realizadas con la batería completamente cargada y en condiciones óptimas.
Sin embargo, cuando las pruebas se llevaron a cabo con la batería descargada, la contaminación de CO2 superó entre el tres y ocho veces más que los valores oficiales. T&E considera que el modo de conducción de carga de batería es muy probable que sea cada vez más común entre los automovilistas que compren un híbrido, y con los niveles de contaminación alertados no deberían ser subvencionados con fondos públicos para su fomento.
El informe explica que “una vez que la batería se agota, los tres híbridos enchufables probados sólo pueden circular entre 11 y 23 km utilizando el motor de combustión interna antes de que sobrepasen sus emisiones oficiales de CO2 por km, según estima el estudio de T&E. Esto entra en contradicción con la narrativa engañosa de algunos fabricantes de automóviles que señalan que los PHEV a la venta hoy en día son adecuados para viajes largos. No solo esto no es cierto, sino que, de hecho, tienen que cargarse con mucha más frecuencia que los coches eléctricos puros, que pueden hacer alrededor de 300 km con una sola carga”
Base española
La organización verde cuenta en España con la participación de Ecologistas en Acción y ECODES. Su representante en España, Carlos Bravo considera que “los híbridos enchufables son falsos coches eléctricos, diseñados para las pruebas de laboratorio y para obtener exenciones fiscales, no para una conducción real” y subraya que las pruebas realizadas “demuestran que incluso en condiciones óptimas, con una batería a plena carga, estos coches contaminan más de lo anunciado. A menos que los conduzcas suavemente, las emisiones de dióxido de carbono pueden salirse de los baremos. Los gobiernos deberían dejar de subvencionar estos automóviles con miles de millones de euros proveniente del bolsillo de los contribuyentes”.
Por su parte, Cristian Quílez, de ECODES, añade que “los fabricantes de automóviles culpan a los conductores de las altas emisiones de los híbridos enchufables. Pero la verdad es que la mayoría de estos vehículos mixtos tienen motores eléctricos poco potentes, motores de combustión interna grandes y contaminantes, y por lo general no pueden cargar rápidamente”.
En su opinión la única manera de garantizar el futuro de estos automóviles “es revisando por completo de qué manera justa pueden ser recompensados en las pruebas según la normativa europea sobre emisiones de CO2 para automóviles”. Hasta ahora los fabricantes de vehículos híbridos enchufables reciben árnica respecto a los estándares de CO2..
Nuria Blázquez, coordinadora de transporte de Ecologistas en Acción apunta: “No hay razones para que los híbridos enchufables tengan ventajas, como las citadas con respecto a los estándares de CO2 o la que concede la etiquetas ECO de la DGT, estos vehículos tienen emisiones similares a los de combustión interna”.
Estos coches también reciben trato de favor por parte de los ayuntamientos a la hora de entrar en zonas de tráfico restringido, Conviene recordar que en el mayor escándalo de falseamiento y ocultación del grado contaminante, del que Volkswagen fue el grupo protagonista principal, sólo se ha saldado con un coste muy elevado en multas e indemnizaciones, del orden de 25.000 millones de euros, en Estados Unidos. En España, el ministro de Industria del momento y responsable de denunciar los hechos y proteger a quienes habían sido estafados era el inefable José Manuel Soria, quien salió al quite en defensa de la multinacional alemana, que tampoco parece haberse visto afectada en su reputación pues sigue siendo líder de ventas.