El apoyo de multimillonarios famosos a la legalización de la marihuana en Uruguay obedece a su creencia en la ineficacia de la lucha militar contra los cárteles de la droga. Sting, Soros, Arianna Huffington, Richard Branson y otros multimillonarios, destacados miembros de Drug Policy Alliance (DPA), avalan la tesis de esta organización de que la guerra contra los narcotraficantes ‘causa más daño que bien’. La corriente de opinión favorable a la legalización de la marihuana, antes que en Uruguay fue aprobada su despenalización en Colorado y en Washington, está provocando un efecto llamada en México y en Colombia, que se lo plantean.
La estrella del pop, Sting, financió parte de la campaña televisiva en Uruguay que refería a una ‘regulación responsable’ de la marihuana y que se realizó antes que se votara el proyecto, asegura una información del diario The Independent, divulgada en América Latina. De acuerdo con programa de cable ‘Entrelineas’, la campaña publicitaria a favor de la legalización de la marihuana tuvo un coste de 100.000 dólares.
Sting es acusado por los medios británicos de utilizar a Uruguay como un ‘laboratorio’ para despenalizar las drogas después de sostener una campaña para legalizar el cannabis en su país. Idéntica acusación lanzaba contra el fundador de Virgin, Richard Branson, Daily Mail. Otro relevante miembro de DPA, el magnate George Soros era presentado como accionista de Monsanto, la multinacional denostada por los cultivos transgénicos, que acapara el lucrativo negocio de las semillas de cannabis en el mundo.
Calumnias sobre Sting, Branson y Soros
“Ni Sting, ni Richard Branson han financiado la campaña de Uruguay, que varios periódicos británicos sugieren. Ambos son miembros de la junta honoraria del Drug Policy Alliance (DPA) y ambos creen en la necesidad de poner fin a la fracasada guerra contra las drogas. Sin embargo, no han tenido ningún papel en la campaña de Uruguay”, señala a La Celosía Hannah Hetzer, portavoz de la DPA desde Montevideo y su enlace con América Latina.
En cambio, reconoce que la regulación responsable es financiada en parte por los recursos de las organizaciones uruguayas locales que se adhieren a la legalización de la marihuana y, en parte, por organizaciones internacionales, como la propia DPA y Open Society Foundation (OSF) de Soros. “DPA se compromete a apoyar la reforma de las políticas de drogas en todo el mundo para abordar mejor los problemas de consumo y tráfico de drogas desde una perspectiva basada en los derechos humanos”, subraya Hetzer.
Desde DPA niegan también, como han publicado varios medios, que uno de sus miembros, el magnate George Soros posea acciones de Monsanto. “Las políticas de prohibición de base han dado lugar a un aumento de la violencia relacionada con las drogas, al hacinamiento y al aumento de la epidemia de VIH. Por esta razón, OSF apoya la iniciativa uruguaya”, explica Hetzer.
Sin embargo, asegura el portavoz de DPA, la toma de decisiones de producir, distribuir y vender (incluyendo ‘el negocio de semillas de cannabis’) está en manos de los uruguayos que trabajan en la aplicación de legalización de la marihuana. Esta regulación responsable incluye a Amigos de la Tierra, la organización ambiental más antigua de Uruguay, que combate las prácticas de Monsanto en la región.
La guerra contra las drogas ha fracasado
“La guerra contra las drogas ha fracasado. Las personas que realmente necesitan ayuda para salir no pueden conseguirla. Tampoco puede la gente que necesita marihuana medicinal para el tratamiento de enfermedades terribles. Estamos gastando miles de millones, llenando nuestras prisiones con delincuentes y sacrificando nuestras libertades”, escribía el cantante Sting en 2010.
Lo hacía en el Huffington Post, propiedad de Arianna, su compañera de consejo en DPA, cuyas campañas ha protagonizado. El propio Brad Pitt, que hace campaña a favor de esta organización aunque no esté en su consejo honorario, reconocía en una entrevista en el mismo medio la ineficacia de la guerra contra el narcotráfico en los Estados unidos.
La Drug Policy Alliance (DPA) es la organización líder en Estados Unidos en la promoción de las políticas de legalización de drogas que se basan en la ciencia, la compasión, la salud y los derechos humanos. Sus impulsores creen que la guerra contra las drogas ‘causa más daño que bien’. El Consejo Honorario incluye figuras prominentes en la izquierda y en la derecha, reconocidos por su liderazgo en los ámbitos de los negocios, derecho, medicina, medios de comunicación y la política. George Shultz, ex secretario del ex presidente Ronald Reagan pertenece al consejo.
Propuestas desde España para producir marihuana
Tras la legalización de la marihuana, la Junta Nacional de Drogas de Uruguay recibe propuestas desde diferentes partes del mundo, incluida España, tanto de compañías como de profesionales, para dedicarse a la producción, según reconoce su secretario general, Julio Calzada. Los interesados le han contactado desde Estados Unidos, Israel, Canadá, Inglaterra, Holanda y España. La ley prevé que la producción de cannabis pueda darse mediante autocultivo, o en clubes cannábicos, o empresas.
El objetivo es regular un negocio que hoy está totalmente desregulado y controlado por el narcotráfico, un mercado opaco en el que participan anualmente unas 120.000 personas. “Cada persona que nosotros podamos incluir en un mercado regulado, es una persona que restamos al narcotráfico”, subraya Calzada. La marihuana en Uruguay debería costar “unos 2,5 dólares por gramo”, un precio “ni muy por arriba ni muy por debajo del actual para no permitir desviaciones del producto de un mercado al otro”, explica.
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