Actualmente las mujeres detentan el 20% de representación en comités ejecutivos y el 23% en juntas directivas en los servicios financieros. Todavía queda un largo camino por recorrer para crear una industria en la que las mujeres tengan igual acceso a oportunidades y resultados positivos, según el último informe de la consultora Oliver Wyman.
Pasar del 11% en 2003 al 23% en 2019 supone un salto en la representatividad femenina en las finanzas pero no es cualitativo tras analizar 468 compañías de 37 países. “No podemos tener una fuerza laboral de primera clase si no incluimos el otro 50% de la población”, es el consejo de Ana Peralta, consejera del BBVA.
En la representación de mujeres en los comités ejecutivos Israel está a la cabeza, con un 38%, mientras que España ocupa el puesto 14 con un 22% por delante del Reino Unido, que se queda en un 20%. Pero, según los autores del estudio, no estamos viendo este cambio en los puestos más altos. Solo el 6% de los CEO son mujeres. Algunos todavía ven el ascenso de una mujer al número uno como una opción arriesgada.
Mejores rendimientos a través de la diversidad
Supervisores y accionistas están presionando cada vez más a las empresas para que incorporen estabilidad y generen mejores rendimientos a través de la diversidad y la inclusión. Y tanto las empresas individuales como la industria en su conjunto tienen la responsabilidad y la oportunidad de mejorar la igualdad de género. Para la sociedad, los servicios financieros tienen un papel privilegiado y único que desempeñar, y pueden liderar el camino para impulsar la inclusión financiera y la alfabetización de las mujeres, y para ayudarlas a alcanzar sus objetivos profesionales.
Las empresas deben enfocarse en palancas que las mantengan a la vanguardia, incluida la creación de políticas que neutralicen las desventajas de la licencia de maternidad, incrustando comportamientos inclusivos y fortaleciendo el sentido de pertenencia. Las compañías necesitarán adaptar rápidamente los modelos y estrategias comerciales a medida que la industria de servicios financieros se digitalice, las formas de trabajo se transformen, las expectativas de los clientes y la composición de la fuerza laboral cambie.