Los bancos carecen de datos históricos con los que puedan evaluar el impacto de riesgo climático y transición energética sobre la actividad crediticia. Para paliar esta carencia BBVA y Santander junto a otras catorce entidades participan en la Guía Extender nuestros horizontes. Es un proyecto de Naciones Unidas asesorado por consultoras como Oliver Wyman y respaldado por investigadores del Instituto Internacional de Análisis Aplicado de Sistemas (IIASA) y el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK).
El objetivo de esta Guía es ayudar al sector financiero a aplicar los escenarios de cambio climático global de última generación que están disponibles en la actualidad, desarrollados por PIK, IIASA y la Agencia Internacional de Energía (AIE). Se pretende evaluar los riesgos y oportunidades que la transición económica baja en carbono puede presentar a las carteras de préstamos. También proporciona ideas más allá del horizonte habitual de las pruebas de estrés de dos a tres años a las que se ve sujeta la banca.
Sus autores argumentan que si bien un escenario de transición podría elevar los riesgos de crédito para los bancos, también podría presentar oportunidades para servir a los clientes. Estas oportunidades podrían incluir inversiones en tecnologías de eficiencia energética, nueva generación de energía y fuentes de producción, productos y servicios de bajas emisiones o infraestructura baja en carbono. Los bancos podrían ayudar a los clientes de más uso intensivo de carbono a que sus industrias se adapten al nuevo entorno.
Los bancos se adaptarán a la nueva gestión del riesgo
Los horizontes a largo plazo para los impactos de la transición desafían la forma en que los bancos generalmente gestionan el riesgo. Los escenarios de transición a menudo proyectan impactos en 30-100 años. Los riesgos de transición específicos puede no materializarse durante los períodos de uno a cinco años que los bancos suelen utilizar para llevar a cabo ejercicios de planificación de negocios y pruebas de estrés. Los expertos en crédito actualmente no se enfocan en los riesgos que podría afectar a los prestatarios una o dos décadas en el futuro, y las carteras corporativas bancarias tienden a contener vencimientos de préstamos de mucho más corto plazo que estos horizontes.
Los bancos deben adaptar las evaluaciones de riesgo de transición a sus propias organizaciones. Un análisis puramente genérico y descendente del riesgo de transición es fundamentalmente inadecuado. Por ejemplo, basarse simplemente en variaciones en variables macroeconómicas de alto nivel sería insuficiente para evaluar los matices en la exposición al riesgo. Los modelos de escenarios proporcionan variables que informan los costos regionales de carbono, la demanda de electricidad y combustible así como los costes e inversiones en el sector de generación de energía.
Barclays ha aplicado un método de evaluación de riesgo de transición, pionero y experimental, para calcular la probabilidad de incumplimiento ajustada climáticamente para los servicios eléctricos (servicios públicos) y cartera de crédito en los Estados Unidos y Europa. En este ejercicio de calibración, se evaluaron en detalle un total de 35 entidades de servicios eléctricos, en cuatro posibles escenarios de prueba de estrés, que dan un total de 140 pruebas de estrés a nivel de entidad (80 en los Estados Unidos y 60 en la UE).