En pocos años un pequeño negocio familiar fundado en Huelva por el empresario Antonio González Rubio se convirtió en el Grupo Nutrición Center Salud (NC Salud). Factura más de 25 millones de euros con la venta de complementos alimenticios y cosméticos a más de 3.000 farmacias. Pero el éxito ha sido efímero. Hace unos días entró en concurso de acreedores. Más de 300 nutricionistas que trabajan a comisión en La Bata Roja como ha bautizado a su sistema para perder peso que publicita en las boticas, ven peligrar su actividad. A la quiebra del Grupo se suma la de su laboratorio de Granada, también en concurso de acreedores.
“Todo lo relacionado con el Grupo Nutrición Center Salud es muy oscuro. En su momento tratamos de entender bien cuál es su modelo de negocio para ver si hacían buena praxis. No conseguimos información ni del propio Grupo, ni de las farmacias con las que trabajan ni tampoco de los pacientes a los que contactamos”, admite Alma Palau Ferré, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas de España (CGCODN).
El Grupo Nutrición Center Salud ofrece testimonios en su blog de empleados felices. También premiaba a quienes tenían más fidelidad a su negocio, basado en la venta de dietas y productos de adelgazamiento. “Ana Beperet y María Belar trabajan juntas desde hace seis años y medio en la misma botica de Lodosa (Navarra), y pronto se irán de crucero juntas por ser la farmacéutica y la nutricionista que han formado el mejor equipo de trabajo en toda España”. Pero esta ‘empresa ideal’ también tiene sus detractores. En su Facebook hay informantes anónimos que denuncian que el Grupo debe dinero a más de 50 trabajadores que se fueron de la empresa.
En los foros el Grupo no sale bien parado
Tampoco en los foros el Grupo sale bien parado. “No les importa la salud de la gente. Las dietistas van a comisión y solamente quieren vender para ganar más dinero. Son todos iguales pero vendiéndote la moto de forma distinta”, es uno de los comentarios recogidos al inicio de su actividad. “Trabajé durante 6 meses en Barcelona. Soy diplomado y Licenciado. La atención al paciente es lo último. Todo se hace para quedar bien. Se sigue un esquema fijo de trabajo para todos y así hacer la consulta lo más deprisa posible. Te enseñan incluso recursos lingüísticos para que la clienta se calle. A los jefes les enseñan lo mismo para manipular a sus trabajadores. Por si fuera poco, se publican todos los resultados económicos de los empleados en un mail conjunto para generar presión a los que van por debajo. Un 0 como empresa”. Este comentario se publicó cuando el Grupo iba viento en popa.
En 2016 el empresario Antonio González Rubio anunció a los medios de comunicación un paso estratégico clave para el futuro del Grupo. “Con su liderazgo nacional consolidado en el sector del asesoramiento dietético en farmacias, la compañía onubense ha entrado ahora en la cosmética con una línea de productos y servicios de primera calidad que aspira a revolucionar el mercado. La apuesta es firme y se traduce en una inversión de 3,5 millones de euros, cuya mayor parte se ha destinado a la adquisición de un laboratorio en Granada, encargado a partir de ahora de la fabricación de todos los productos del grupo”.