En torno a la Conferencia del Clima que se lleva a cabo en París se desarrolla una gigantesca propaganda corporativa en la que grandes multinacionales quieren mostrar al mundo lo verdes y responsables con el medioambiente que son. El club más distinguido en esta materia es el denominado RE100, nacido en la semana del clima que tuvo lugar en Nueva York en 2014 y que corresponde a una iniciativa comenzada por Ikea y la aseguradora Swiss Re, para que las grandes multinacionales se comprometan a que todo su consumo eléctrico sea procedente de energías renovables, y de esta forma promover este tipo de energías limpias. En la actualidad, RE100 lo dirige Climate Group junto a CDP, bajo el paraguas de We Mean Business, la coalición de organizaciones que trabajan con miles de empresas, gestoras de fondos e inversores en pro de la transición hacia las energías limpias.
Resulta chocante que hasta ahora ninguna empresa española se haya adherido a este elitista club, que desde que se iniciase la conferencia de París ha sumado 9 empresas, Microsoft, Adobe, Google, BMW, Coca Cola, IFF, Nordea Bank, Pearson y Swiss Post, habiéndose asociado a esta iniciativa un total de 53 compañías. Quizás la razón es que las empresas españolas no ligan tan directamente reputación con responsabilidad social. En la lista está H&M, pero no Inditex, hay bancos como Nordea, Goldman Sachs, Commerzbank, UBS o Ing, pero no figura ninguno de los grandes españoles, como Santander, BBVA o Caixabank. No está Mapfre, pero sí Aviva, se apunta Marks and Spencer pero no El Corte Inglés. Lo mismo se puede decir de Correos, que tiene pares como La Poste francesa y la suiza dentro de la organización. En telecos están la holandesa KPN y BT, pero no Telefónica,y en certificación SGS, la rival de Applus. De los 53 hay empresas que ya han conseguido el objetivo y otras se marcan el año, 2020 el más socorrido.
Más allá de la propaganda, el compromiso
de las multinacionales con el clima genera
una demanda notable de energías limpias
Más allá de las contradicciones sobre esta conducta responsable y otras de clara perjuicio social, como el consumo de agua de Coca Cola en zonas secas o su triste aportación a la epidemia de obesidad, por hablar de la socia más reciente, todo suma. Ayer se dieron cifras por parte de un informe de Climate Group y CDP que indican en una estimación que cuando las 53 multinacionales comprometidas hasta ahora consuman toda su energía eléctrica de procedencia renovable, la demanda generada de este tipo de energía limpia de 90,1 teravatios hora. Eso equivale al 0,4% de la electricidad mundial y el 1% de la utilizada por la industria.
Climate Group y CDP también estiman que si las 1.000 multinacionales más relevantes consumieran toda su energía en modo renovable se evitaría lanzar a la atmósfera el 3,4% del total de la contaminación actual de CO2, o el equivalente a todas las emisiones de África. La demanda de renovables requerida para ese consumo se incrementaría de tal suerte que supondría casi el 10% de toda la electricidad mundial. En otra clasificación publicada por los dos organismos citados, se dice que Bankia y Almirall ya habían cubierto en 2014 el consumo de energía renovable en un 100%. También el País Vasco figura en la clasificación de Estados y regiones con buenas intenciones. Euskadi se ha comprometido a rebajar en un 80% sus emisiones contaminantes para 2050.