Una petición de empleo para los jóvenes, apoyada por políticos, activistas, partidos, sindicatos y voluntarios sin adscripción política, recoge sólo 10.000 firmas –en las redes sociales y a pie de calle- frente al millón exigido para convertirse en Iniciativa Ciudadana Europea (ICE). El objetivo de New Deal 4 es la aprobación de un Fondo de Solidaridad que saque del pozo a los desempleados de la UE, incluidos los españoles. Sólo quedan cinco meses y el reto parece difícil de cumplir. Entre los firmantes Pedro Sánchez, secretario general del PSOE; el eurodiputado y activista francés de los Verdes, José Bové o Alexis Tsipras, líder de Syriza, principal partido de izquierdas de la oposición en Grecia. El director británico Ken Loach, fuertemente comprometido con las temáticas sociales y del mundo del trabajo, se adhiere también a la ICE por un plan europeo extraordinario por el desarrollo sostenible y el empleo, según informa la Unión de Europeístas y Federalistas de Madrid (UEF). La Celosía acompañó en la calle a los voluntarios cuyo esfuerzo es encomiable.
Todas las ideologías comprometidas en la Iniciativa
“La Iniciativa Ciudadana Europea se lanzó cuando estaban encima las elecciones europeas y eso ha ralentizado la recogida. España tiene que recoger al menos 40.000 firmas y pisamos el acelerador para conseguirlas. Si recogemos un millón de firmas en siete países distintos, la Comisión Europea está obligada a pronunciarse”, declara a La Celosía, Óliver Soto, presidente de Jóvenes Europeístas y Federalistas de España (JEF). Se define como una organización no gubernamental y no partidista de jóvenes que trabaja para “garantizar una sociedad libre y justa en la que los ciudadanos tienen la última palabra en los asuntos políticos”. Óliver Soto recogía firmas, junto a otros voluntarios, en la madrileña calle de Fuencarral la mañana del pasado sábado, cuatro de octubre. “En dos horas podemos sumar cien adhesiones; pero a veces nos ignoran los propios jóvenes cuando resulta que la petición es en su beneficio”, se lamenta. En la imagen Óliver, a la izquierda, junto a jóvenes del Partido Socialista Europeo (PES) y de otras formaciones, durante otra recogida a pie de calle. En las redes sociales se puede comprobar el compromiso de todas las ideologías en esta iniciativa.
Rechazo a la ola nacionalista y euroescéptica
Los responsables de esta ICE exigen a las instituciones europeas que vayan más allá de la austeridad y se comprometan a reactivar la economía y el empleo mediante la activación de un plan europeo extraordinario, financiado a través de recursos propios procedentes de una tasa sobre las transacciones financieras y otra que grave las emisiones de CO2. Desde la página web de la campaña europea www.newdeal4europe.eu, con un solo clic y en cuestión de minutos, es posible activar el mecanismo más importante de democracia participativa ofrecido por El Tratado de Lisboa. El objetivo del Comité Europeo, presidido por Fausto Durante y Philippe Grosjean, y apoyado por los federalistas europeos, sindicatos, organizaciones de la sociedad civil, los alcaldes de las mayores ciudades y las personalidades del mundo cultural, es alcanzar el millón de firmas en los cinco meses que faltan para llegar a la fecha programada de vencimiento, el 7 de marzo 2015. El éxito de esta iniciativa se considera también la mejor respuesta para rechazar la ola nacionalista y euroescéptica que invade el Viejo Continente.
La CE no puede decir que no a un plan ciudadano
“Nuestra organización no tiene una postura sobre políticas pero consideramos que se debe hacer algo a nivel europeo. Si cada uno de los 28 países hace su propio plan de empleo no llegamos a ningún lado. Como europeos podemos solicitar un impuesto exterior a las empresas contaminantes de fuera de Europa. Eso a nivel nacional, caso de España u otro país, no se puede hacer”, explica Óliver Soto. El dirigente de las juventudes federalistas se muestra esperanzado de que la Comisión Europea apruebe su petición si recogen el millón de firmas. “La CE no puede decir que no a un plan ciudadano de empleo cuando el propio presidente Jean Claude Juncker ha prometido un paquete de estímulo de 300.000 millones de euros. Juncker habla sólo de infraestructuras y nosotros de desarrollo sostenible, tecnología verde. Ahora mismo sería muy fácil invertir un montón de dinero en poner a la gente a cavar agujeros al modo keynesiano y taparlos. Eso es un despropósito”, subraya.
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