La Asociación de Médicos Internacionales para Políticas Saludables en contra de las Drogas (IDHDP), a la que pertenecen nueve médicos españoles, denuncia la ineficacia de los organismos internacionales en la lucha contra la droga. Junto a grupos de la sociedad civil presiona para una revisión de las políticas puestas en marcha por la ONU y otros organismos internacionales. “La salud debe convertirse en el centro de las políticas futuras de la droga, políticas que se han de basar en la evidencia científica”, declara a la Celosía Sebastian Saville, director ejecutivo IDHDP. “Somos optimistas y esperamos contar con más de 5.000 médicos como miembros antes de marzo 2016, cuando se celebra la próxima reunión de la UNGASS (Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas) en New York. Ya somos casi 500”, subraya.
La guerra global contra las drogas ha fracasado
“Sabemos que la guerra global contra las drogas ha fracasado y esto ha tenido consecuencias devastadoras para individuos y comunidades de todo el mundo. Grandes cantidades de dinero se han gastado en la criminalización y las medidas represivas no han logrado reducir la oferta o el consumo”, afirma Chris Ford, fundador y director de IDHDP. Su crítica coincide con la que vienen realizando en los últimos años la norteamericana Drug Politic y grupos de la sociedad civil que trabajan con drogadictos. Un diagnóstico en el que coinciden los partidarios de reformar la política represora que siguen algunos de los gobiernos que presiden. Es el caso de Barack Obama, presidente de Estados Unidos o Juan Manuel Santos, presidente de Colombia. También se han involucrado en esta causa Kofi Annan, ex secretario de la ONU, o el actor Brad Pitt. Todos reconocen que se han gastado miles de millones de dólares que no han frenado esta plaga.
Prevención de los daños, más que del consumo
En su intervención en la Asamblea de la ONU, el portavoz de la Asociación Internacional de Reducción de Daños destacó la labor de esta entidad para salvar vidas al tiempo que constaba como los esfuerzos para reducir la demanda general de drogas no han funcionado. Esta Asociación tiene sus orígenes en la primera conferencia internacional sobre reducción de daños, celebrada en Liverpool. La ciudad inglesa fue una de las primeras en facilitar el intercambio de agujas. La Asociación pone el foco en la prevención de los daños, más que en la prevención del consumo de drogas en sí, y en la atención a las personas que siguen usando drogas. “Las medidas tradicionales han perjudicado a los adictos, además de impedir el progreso en las medidas de salud pública para reducir el VIH y la hepatitis C, la terapia de sustitución de opiáceos es limitada, e impedido que otras medidas de reducción de daños estén disponibles”, subraya en la misma línea Chris Ford.
Los expertos coinciden en denunciar como la Comisión de Estupefacientes (CDN) y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) se aferran a un enfoque penal punitivo que la evidencia científica demuestra que ha fallado. La CND, la agencia de control de drogas de la ONU, trabaja con relativo secretismo, sus encuentros no son transmitidos vía internet y sus informes son limitados. El CNDBlog, un proyecto del Consorcio Internacional sobre políticas sobre drogas (IDPC), en alianza con la Asociación Internacional para la Atención en Centros de Cuidados Terminales y Paliativos (IAHPC) y New Zealand Drug Foundation, se esfuerza para asegurar la transparencia de las discusiones que tienen lugar en su reunión anual de Viena.
Los millones invertidos en campañas son ineficaces
Desde la Asociación Internacional de Reducción de Daños afirman que con tan sólo diez centavos por cada dólar que se gasta (en vigilancia, control de fronteras, persecución y encarcelamiento), se podría cubrir la prevención del VIH necesaria para las personas que se inyectan drogas. “Podríamos salvar vidas perdidas innecesariamente por una sobredosis. Podríamos desarrollar respuestas innovadoras a las ATS, la cocaína y a las nuevas sustancias psicoactivas”. Denuncian como los miles de millones que se gastan para mantener a la gente en la cárcel no han sido eficaces, al igual que las decenas de millones invertidos en campañas en los medios no han generado ningún cambio sustancial.
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