El Instituto de Investigación Económica de Colonia (Institut der deutschen Wirtschaft Köln) ha publicado recientemente un estudio, basándose en datos de Eurostat del año 2014, sobre el peso económico per cápita que tienen las diferentes capitales de los países de la Unión Europea en el PIB nacional. En definitiva aportar más información sobre el alcance del efecto capitalino. Se sabe que la entrada de un país en la Unión Europea, anteriormente Mercado Común Europeo, refuerza considerablemente la economía de la capital, ya que las multinacionales suelen elegir ésta como base de sus operaciones, con toda la capacidad de tracción que esto supone. No cabe la menor duda que la economía de Madrid se ha beneficiado mucho de ese efecto empresarial, ya que durante el franquismo su fortaleza se basaba en ser el centro político y burocrático del Estado.
Esta falta de empuje anterior a la integración de España en las instituciones europeas es quizá la razón por la que según el estudio alemán, la eliminación del PIB por habitante de la capital madrileña sólo restaría el 6% al PIB nacional, un porcentaje que sólo supera al de Amsterdam, Roma y Berlín, esta última con una capitalidad estrenada tras la reunificación alemana.
La mayor riqueza en términos nacionales de una capital europea corresponde a Atenas. Si se restara la producción per cápita de sus habitantes, Grecia tendría un 19,9% menos de PIB. Le siguen París, epicentro de la economía jacobina francesa, con un 15% , Praga, un 14,2% y Lisboa, con el 13,7%. Londres, cuyos habitantes votaron muy en favor de que Reino Unido siguiera en la Unión Europea, es también superada en esta clasificación por las capitales nórdicas. Copenhague, que si se retirase la riqueza que producen sus habitantes dejaría a Dinamarca con un 13,3% menos de PIB, Helsinky restaría el 12,9% a Finlandia y Estocolmo, el 11,7% a Suecia. Londres ocupa el quinto lugar a pesar de la formidable potencia económica de sus servicios financieros centrados en La City, con el 11,2%. Bruselas, que absorbe gran parte de la riqueza que genera la burocracia de las instituciones de la Unión Europea, restaría el 8,7% a Bélgica, algo menos que la aportación de Varsovia, 9,6%, una capital que ha ganado mucho tras la incorporación de Polonia a la UE en 2004.
El liderazgo de Atenas se explica por la capacidad tractora de El Pireo
Austria también aventaja a Madrid, aunque sea por una décima, y ambas superan a Amsterdam, un 4,8% a la que le pesa mucho el poderío que otorga el puerto a Róterdam. Roma es la última de las capitales que restarían PIB, pero solamente el 2,1%, siendo obviamente Milán la verdaderamente rica. La gran sorpresa del estudio es la excepcionalidad alemana, ya que retirando el PIB por berlinés, la riqueza de Alemania no perdería nada sino que se incrementaría el 0,2%. El modelo federal, el débil peso de Berlín sobre el total de Alemania, próximo al 4%, y el poco tiempo de la capitalidad, explicarían esta heterodoxia, que los autores del estudio consideran que aumentaría sin los ajustes fiscales interestatales de Alemania y las inversiones del gobierno federal.
La posición de liderazgo de Atenas se explica por la importancia del comercio exterior en la economía griega, y la capital cuenta con el puerto más importante, El Pireo. El segundo lugar de París se entiende, además de por su centralismo histórico al hecho de que una quinta parte de la población francesa vive en la capital o la región capitalina Ile de France. El estudio contabiliza además la capital y su extensión.