Endesa, tras su privatización completa llevada a cabo en 1.998 por el gobierno de José María Aznar, y pilotada por el equipo de Rodrigo Rato , en el que participaba el ministro actual Luis de Guindos, se quedó sin defensas frente a una posible opa extranjera, tal como ocurrió años después, en 2007, con el paripé de opa conjunta de Acciona y la empresa pública italiana Enel.
A partir de ese momento, comienza el ordeño sistemático de la compañía eléctrica española, que había conseguido ser la multinacional más relevante del sector eléctrico de Latinoamérica. Primero, en 2008, se transfieren activos a la alemana Eon, de acuerdo a los pactos habidos con motivo de la guerra de opas. Al año siguiente, en 2009, Acciona se cobra el favor que ha hecho a los italianos, para permitirles tomar el control de la empresa. Enel le vende a la empresa controlada por la familia Entrecanales activos eólicos e hidraúlicos de gran valor a precio de amigo.
A mediados de 2009, ya con Enel controlando el 92% del capital, la italiana, para despistar nombra en Endesa a un presidente español ‘patriota’, Borja Prado, y tres consejeros independientes de altura, Luis de Guindos, que intervino activamente en contra de la fusión de Endesa e Iberdrola, Alejandro Echevarría, presidente de la matriz de Tele5, empresa cuyo accionista de control es Berlusconi, y el ex político, lobista y dueño de un bufete, Miquel Roca.
Con tres miembros de este equipo, y con Guindos de ministro de Economía, sin decir ni pío, la empresa pública italiana se ha quedado con el negocio más valioso de Endesa, los activos de Latinoamérica, consumándose de esta forma la traición de todos ellos al espíritu que se presupone defiende un consejero independiente, que no es otro que el interés social de la empresa. Esta operación de arrebatar a Endesa su negocio de América Latina no era de interés común de todos los accionistas, sino exclusivamente del mayoritario, Enel. Tampoco lo es del sujeto de ese interés social, que no es otro que la compañía española, ya que amputándole los activos latinoamericanos se impide maximizar el valor económico y el desarrollo de Endesa.
Los independientes Alejandro Echevarría y Miquel Roca
han triplicado sus ingresos durante la crisis
Guindos, mientras estuvo en el consejo de Endesa fue presidente de la comisión de Remuneraciones, y bajo su mando, los consejeros independientes comenzaron a embolsarse una cantidad considerable. Si en 2009, con medio año ejerciendo, Echevarría, Guindos y Roca se llevaron a casa, 44.000, 48.000 y 54.000 euros respectivamente, en el ejercicio siguiente, ya cayendo chuzos de punta, la bolsa fue de 178.000, 188.000 y 198.000 euros, en el mismo orden.
En el 2011, con la crisis empeorando, los independientes de Endesa mejoraban sustancialmente sus ingresos aprobados con el actual ministro Guindos siempre en la presidencia del comité de Remuneraciones. El aguinaldo de este año, el último en el que el ministro estuvo en Endesa antes de ser nombrado máximo responsable de Economía por Mariano Rajoy, siguió subiendo.
Guindos se fue cobrando 310.000 euros, Echevarría se llevó 315.00 euros y el siempre equitativo Roca se hacía acreedor de 325.000 euros, que para eso es uno de los padres de la sacrosanta Constitución. Hay que subrayar que el despacho de Roca ha realizado trabajos para Endesa pero ni la empresa ni él mismo consideran que pueda existir un conflicto de interés que le impida seguir siendo ‘independiente’, faltaría más.
El año pasado, los ingresos de Echevarría y Roca, los dos únicos consejeros calificados de independientes por la eléctrica, dejaron de ser la suma de tres partidas, fija, variable y dietas, dejando ya solamente dos, fija y dietas. De esta forma, el abono fijo se estipuló en 250.000 euros y las dietas en 62.000. No está mal, teniendo en cuenta que el consejo se reunió en 12 ocasiones, y las comisiones a las que pertenecen los susodichos independientes, en 18. La subida ‘salarial’ en plena crisis es astronómica, de 50.000 euros por medio año en 2009 a más de 300.000 por el ejercicio completo del año pasado.
Enel tenía que haber realizado una opa de
exclusión para salvar las apariencias
La italiana Enel podía haber tenido la decencia de hacer una opa de exclusión, cuya valoración está regulada (aunque malamente), explicando que la razón era tener las manos libres para quedarse con los activos de América Latina, pero ha preferido, quedárselos igualmente y pagarlos con el dinero que recibe Endesa revertido vía dividendo. No contento con el doble vaciamiento, anuncia otro macrodividendo financiado por la propia Enel, que lo recupera casi en su totalidad por tener ese 92% del capital.
Esta disparatada operación, que es una vergüenza nacional, ni siquiera ha recibido una crítica en voz alta por el Gobierno ni por los sindicatos ni por los medios de comunicación de mayor audiencia. Echevarría y Roca, como ocurre siempre en estas ocasiones, se han cubierto las espaldas con informes sobre la valoración de los activos de los bancos Merrill Lynch y Deutsche Bank, de PricewaterhouseCoopers, donde por cierto también trabajó Guindos, para que justifique “la razonabilidad estratégica desde la perspectiva del interés social de la operación, y de Clifford Chance, como su asesor jurídico para que confirme que todo se hace legalmente y por el bien de Endesa, o sea ¡Todo por España!. El más patriota, el presidente Borja Prado, cobró en 2009 cuando fue nombrado para el cargo, 900.000 euros y el año pasado su retribución fue de 2,37 millones de euros. La dotación para su plan de pensiones se ha duplicado, de 94.000 a 200.000 euros y la del seguro de vida aumentó de 66.000 a 102.000.