Un estudio realizado por la web Comparitech, que tiene como objetivo ofrecer información para favorecer al ciudadano-consumidor con información sobre los servicios tecnológicos, pone el foco de nuevo sobre el peligro y la legitimidad de la vigilancia de los espacios públicos y privados con cámaras.
El estudio realizado con una metodología impecable nos desvela que China regida por un sistema político autoritario dictatorial aplastante es el que más utiliza las videocámaras para controlar los movimientos y acciones de su población. Nada menos que 18 de las veinte ciudades más vigiladas del mundo están en China. Este hecho no sorprende a nadie, aunque sí espanta que el 54% del total de 770 millones de cámaras que hay en el mundo se encuentran en las calles del coloso asiático.
Sin embargo lo más preocupante del informe para los europeos es la situación de Londres (que seguramente es extrapolable al Reino Unido), en el tercer lugar del podio mundial, con un ratio de 67,4 cámaras por cada 1.000 habitantes, lo que supone una telaraña de cibervigilancia de 628.000 cámaras.
Hay que tener en cuenta que la vigilancia intrusiva en Londres es cuatro veces superior a la que reina en Moscú (15,4 cámaras por cada 1.000 habitantes) y multiplica por 12 las que vigilan Berlín. El voyeurismo municipal y estatal, para controlar la criminalidad según sus defensores, gana terreno aceleradamente,y según un estudio de IHS Markit el próximo año habrá más de1.000 millones de cámaras. Se está también renovando el parque y las nuevas ojeadoras tienen mucho más resolución, lo que permite al vigilante y sus programas reconocer fácilmente a los enfocados.
En España, las cifras son preocupantes en Madrid, con un ratio muy bajo en comparación a Londres, ya que el de la capital de España es de 4,38 cámaras por 1.000 habitantes, pero de los más altos de las medidas en Europa, ligeramente por debajo del nivel de Berlín, pero duplicando el intrusismo que impera en las grandes ciudades italianas, Roma y Milán.
Una de las conclusiones más interesantes es que los investigadores que han llevado a cabo el trabajo es que no se aprecia una correlación clara entre la televigilancia y la criminalidad y seguridad en las ciudades. En Londres hay más criminalidad que en Berlín, Madrid y Barcelona. La capital catalana tiene 1,29 cámaras por cada 1.000 habitantes, menos de un tercio de las colocadas en Madrid.