El CEO del gigante norteamericano General Electric, Hendrik Bourgeois, presidente de la Cámara Americana de Comercio en la Unión Europea (AmChamEU), exige combatir drásticamente la corrupción y el soborno que imperan en los negocios con la Unión Europea. Acompañado de Kaarli Eichhorn, asesor de Asuntos Jurídicos, alertó recientemente a Cecilia Malmström, Comisaria de Asuntos de Interior de la Comisión Europea, como “la corrupción afecta negativamente a los negocios al aumentar artificialmente el costo de los bienes y servicios”.
Los norteamericanos contra el soborno
en una Europa en crisis
La delegación norteamericana, que representa los intereses de las grandes multinacionales de Estados Unidos en la UE, advirtió a Malmström como la corrupción también distorsiona la competencia y disuade la inversión. “Esto ya no se puede tolerar en un momento de bajo crecimiento económico en Europa”, manifestaron Hendrik Bourgeois y Kaarli Eichhorn a la comisaria. La presión norteamericana se ha acentuado al reanudarse las negociaciones del Tratado Comercial Trasatlántico. La inversión de Estados Unidos en Europa ascendió a 1,9 billones de euros en 2012, y reporta 4,2 millones de empleos.
AmChamEU exige la ratificación de las convenciones
de la ONU y la OCDE contra la corrupción
Desde AmChamEU proponen a la Comisión Europea el lanzamiento del primer informe de lucha contra la corrupción el próximo mes de enero. Pero además la delegación norteamericana exige la firma y ratificación de las convenciones de la ONU y de la OCDE contra la corrupción por parte de los Estados miembros de la UE. La Comisión Europea puso en práctica su programa contra la corrupción, en el verano de 2011. Pero su aplicación no corta de raíz, según la delegación norteamericana las prácticas poco éticas en los negocios, lo que molesta a los intereses de los Estados Unidos.
Cuatro de cada cinco ciudadanos,
preocupados por la corrupción en la UE
La Comisión Europea adoptó, en junio de 2011, un conjunto de medidas para hacer frente con más fuerza a los graves daños generados por la corrupción en el ámbito económico, social y político. Cuatro de cada cinco ciudadanos de la UE consideran la corrupción como un problema importante en su Estado miembro, dejando claro la necesidad de un compromiso político firme. Ante esta situación la Comisión abordó la creación de un nuevo mecanismo, el Informe Anticorrupción de la UE, para supervisar y evaluar los esfuerzos de los Estados miembros contra la corrupción. Esta medida se pensó hace dos años que ayudaría a que se cumplieran plenamente sus compromisos internacionales. Los norteamericanos no aprueban ni valoran este esfuerzo.
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