Los países asistentes a la pasada Cumbre de Copenhague se comprometieron a movilizar 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020, en la lucha contra el Cambio Climático. A pesar de este compromiso global tan solo se han ofrecido 10.000 millones de dólares y aún no se ha establecido una hoja de ruta para garantizar que tal meta se cumpla. La tacañería de los países hace peligrar la lucha contra el Cambio Climático según denuncia el libro ‘Cambio Climático: lo que está en juego’, entre cuyos autores se encuentra Manuel Becerra, ex ministro de Medio Ambiente de Colombia. Estos expertos subrayan que en la próxima Cumbre de París #COP21 debe quedar claro cómo será la financiación en 2020 y posterior a ese año. Se calcula que se necesitan por lo menos 450.000 millones de dólares para garantizar el cambio en eficiencia energética y energía renovable para no sobrepasar los 2 °C de calentamiento. Estos recursos deben ser en su mayoría públicos, según el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC).
Teresa Ribera: “la movilización de 100.000 millones de dólares año es innegociable”
“Creo que la movilización de 100.000 millones de dólares año es un elemento innegociable por razones evidentes de confianza entre las partes. La información elaborada por la OCDE junto con la Climate Policy Initiative, a petición del gobierno francés, permite identificar la movilización de 52.000 millones en 2013 y 62.000 en 2014″, explica a La Celosía, Teresa Ribera, directora de Iddri. “La COP 21 debe pedir al Standing Comitte on Climate Finance (institución creada tras Copenhague) que evalúe y ofrezca su propia actualización porque hay muchos elementos no resueltos todavía, como los criterios de contabilidad, que necesitan ser entendidos y respaldados por todos los países. Yo, por tanto, soy optimista al respecto. Creo que se movilizarán los 100.000 millones y que la atención debe centrarse, todavía, en el mejor uso del dinero público, en un incremento de estas dotaciones para asegurar la movilización y en las dificultades para integrar de forma sistémica y eficaz la necesidades de financiación para la adaptación y construcción de resiliencia frente a los impactos del cambio climático en los países más vulnerables”
Los autores del libro sostienen que llegará un momento en que el mundo no se podrá adaptar al Cambio Climático y tendrá que asumir los daños y las pérdidas de sus consecuencias. Por ejemplo, cuando el nivel del mar es tan alto que cubre la totalidad de una isla o cuando ecosistemas frágiles, como los corales o los nevados, desaparecen. Por esa razón, los países más vulnerables al cambio climático, especialmente, los pequeños estados insulares, proponen que el acuerdo se refiera al tema de daños y pérdidas de forma independiente. Igualmente, que reconozca que habrá daños y pérdidas irreversibles por el cambio climático como resultado de las emisiones que ya se encuentran en la atmósfera.
La financiación, tema espinoso en París
En la Cumbre de París aún hay muchos temas políticamente complejos por resolver y uno de los más espinosos será el de la financiación. Afortunadamente, según sostienen estos expertos, están ocurriendo muchos hechos positivos en el camino para enfrentar el Cambio Climático. Mencionan la acelerada transición hacia las energías renovables y como muchas empresas están anticipando la era de los productos verdes: desde electrodomésticos hasta paneles solares, pasando por los automóviles eléctricos e híbridos. Incluso, en las compañías que no pueden aprovechar los mercados verdes, la acción contra el Cambio Climático se está introduciendo en la lógica de la responsabilidad social empresarial, que da prioridad a la buena reputación de la empresa, la relación con las comunidades locales y la satisfacción de los empleados. Ya se cuentan por centenares las empresas que ingresan en la “política del carbono cero”, como consecuencia de la presión de sus clientes.
Hasta la fecha, la Convención de Cambio Climático no ha cumplido su objetivo de estabilizar las emisiones. Por el contrario, la tasa de emisiones de GEI no solo se ha incrementado en los últimos 23 años, sino que cada vez hay menos tiempo para evitar que el sistema climático se desestabilice de forma peligrosa. “Esto significa que los impactos que le legaremos a los jóvenes de hoy y a las generaciones futuras como consecuencia del calentamiento global serán muchos mayores, en comparación con los que hubieran ocurrido si hubiéramos actuado a tiempo. El reto no es salvar al planeta, como muchos afirman erróneamente, sino proteger la especie humana y asegurar su bienestar”, subrayan los autores del libro entre los que se encuentran ejecutivas de WWF Colombia.
Autoconsumo, respuesta contra el Cambio Climático
Un sistema energético 100% renovable es la única realidad que iniciará el camino del autoconsumo como respuesta lógica contra el Cambio Climático y los grandes oligopolios energéticos, sostienen desde Ecologistas en Acción. La Cumbre de París debe evitar abrir el camino a las falsas soluciones como la geoingeniería (caso de la captura de carbono), la energía nuclear, los mal gestionados cultivos forestales industrializados, la mal llamada agricultura climáticamente inteligente o la bioenergía a gran escala. Todos ellos someten al planeta a experimentos de desconocido pronóstico, argumenta esta organización.
“El clima no es un bien de mercado que se pueda comprar, por lo que se deben eliminar los mecanismos de mercantilización del clima, como los mercados de carbono, los mecanismos de implementación conjunta y los mecanismos de desarrollo limpio. Mecanismos que solo agravan la brecha climática y posibilitan el incumplimiento de los compromisos por parte del Norte global e impiden el desarrollo de muchos países del Sur global”, subraya Ecologistas en Acción en el cambio de modelo que preconiza.