La mayoría de la gente que ve y escucha el parte que las autoridades sanitarias (Fernando Simón en España) ofrecen a diario sobre la evolución de ingresos en hospitales, en unidades de cuidados intensivos y fallecidos, en el transcurso del estado de alarma, que coincide en el tiempo con la mortalidad excesiva, se inquieta cuando oye hablar de miles de fallecimientos, a día de ayer se cifraban en 25.264, pero la realidad es que estas cifras son muy bajas si se relativizan respecto a las causadas por una gripe mortíferamente destacada como fue la de hace cuatro años 2016-2017, según los datos recogidos por La Celosía de un documento realizado por expertos científicos.
Lo primero que hay que subrayar es que las cifras que da Simon obviamente se quedan cortas, al igual que las de otros países europeos, debido a la diversidad de la metodología de urgencia utilizada. En España por ejemplo no se contabiliza a las personas que han fallecido en residencias o domicilios y no se les ha hecho la prueba de detección del virus, que son miles.
El único medio fiable para determinar los fallecimientos es cotejar la media de muertes de los últimos 10 años, medida por periodos semanales, o sea la estimada, con la verdaderamente ocurrida, siempre con los datos fiables de los registros civiles, que apuntan cada fallecimiento ocurrido, y que es como mide el informe Momo de cada país, integrados conjuntamente en el Euromomo, creado para detectar excesos de fallecimientos y observar si son causados por epidemias.
En estos momentos, en los que hay un muy destacado descenso de las muertes respecto a los picos, como ha ocurrido en España donde ayer se contabilizaron 164 muertes, ya podemos hacer comparaciones.
Las cifras publicadas por el Momo español, observadas entre el 17 de marzo y el 28 de abril nos da un exceso sobre las medias de los últimos 10 años en ese periodo, de 30.662 fallecidos, o sea cerca de 5.500 más que las que se escuchan en el parte y se envían al Centro Europeo de Control de Enfermedades. Sin embargo, esta cifra por muy alarmante que pueda parecer sigue siendo muy baja en relación al estudio citado anteriormente, que cifraba la mortandad de la gripe del 2016-2017, en una media europea de 137 fallecidos por cada 100.000 habitantes.
Aunque este informe no desglosa por países sí subraya que España fue de los países más destacados en muertes, junto a otros del Sur de Europa. Tomando de referente esa media, en España (estimando una población de 45 millones) habrían muerto 61.650 personas en el periodo entre diciembre y el final de febrero. Este estudio tomaba también como referente los datos del euromomo de ese periodo, ponderando a la baja sobre el total de 158 muertes en exceso, ya que hubo un enero muy frío en algunos países, aunque en Dinamarca, Hungría y Estonia no hubo exceso de mortalidad. Hay que tener en cuenta también que las muertes excesivas comenzaron a observarse en la penúltima semana de diciembre y que la gripe se prolongaría algo más allá de febrero, por lo que estas cifras sean posiblemente conservadoras.
Ayer, publicaba El Confidencial un estudio matemático realizado por un grupo de ingenieros de la Universidad Politécnica de Madrid, en el que apreciaban algunos sesgos en la metodología del Momo español, y cifraban en un 76% el exceso de mortalidad, frente al 64,6% publicado. Con ese porcentaje las muertes estarían cerca de las 42.000, algo menos de 100 (93) por cada 100.000 habitantes, tomando la cifra de población de 45 millones.
Las vacunas de la gripe tienen algunos años una baja eficacia
En definitiva, todavía tendría que producirse un brote severo de la epidemia para que en España y en Europa se alcanzasen las cifras de mortalidad de la gripe analizada en el estudio, de hace cuatro años, probablemente menos fatalista que la de 2014-2015, en la que la mortalidad pudo alcanzar la ratio de 185 por cada 100.000 habitantes.
Resulta interesante destacar que las razones de la alta mortandad de esta gripe se explican por su elevada extensión entre la población, el tipo vírico A (H3N2) mayoritario, y la poca eficacia de las vacunas, como demuestra un estudio español sobre la cobertura en el norte de España, con sólo un 15% de efectividad en Navarra respecto a los no vacunados . La gripe se cebó en especial con las personas mayores de 65 años, pero fue más peligrosa para la gente joven que el coronavirus.
Estos informes deberían ayudar a los ciudadanos que tienen miedo a convencerles de que el coronavirus sólo es peor que los virus de la gripe en cuanto a capacidad de contagio, pero mata mucho menos, aunque sí se ceba más con los mayores de 80 años. Sin embargo, hay que recalcar que el último año, 2018, con datos oficiales de mortalidad en España, cifra ésta en 427.721 personas, de las cuales 268.580 tenían más de 80 años, un 63% del total. Lo cierto es que todos los días mueren de media en España 1.172 conciudadanos, de los que 737 con más de 80 años. La única certeza es que todas las personas nos morimos.