El fútbol se mercantilizó hace muchos años, acelerándose el proceso cuando comenzó el maná de los derechos televisivos. Dinero que hasta entonces no existía se convirtió en un pilar básico, especialmente en el caso español para Barcelona y Real Madrid, de la cuenta de resultados de los clubes.
Tanto la asociación que regula este deporte en Europa, la UEFA, como la que lo hace a nivel mundial, la FIFA, quieren devolver al fútbol su espíritu deportivo, controlando al máximo y con mayor transparencia los aspectos mercantiles. Una voluntad loable si no fuera por la falta de autoridad moral de las instituciones. La FIFA se ha visto envuelta en graves escándalos de corrupción, incluidos los sobornos a su expresidente Joao Havelange.
El pasado martes hubo una reunión en la sede de la FIFA en Zúrich, de la Comisión Mundial de Clubes, encargada de organizar el mundial, cuyo vicepresidente es el español, Ángel Villar, y el presidente, el marfileño Jacques Anouma. El encuentro era de la máxima importancia y por ello contó con la presencia del propio presidente de la Federación Internacional, Joseph Blatter. Tras informarse del éxito habido en el reciente mundial de clubes celebrado en Japón, televisado a 205 países, y que el próximo tendrá lugar en Agadir y Marrakech (Marruecos), se hizo balance del año sobre los traspasos de jugadores, que sumaron 11.555, con un ligero descenso del 1% sobre el año anterior. Los más relevante fue el anuncio de que la comisión pagada por los clubes a los intermediarios fue del 28%.
Los comisionistas están registrados en una lista de la propia federación y se regulan por dos reglamentos del organismo internacional. Italia y España son los dos países con mayor número de intermediarios, con 937 en el caso del primero y 559 en el de la liga BBVA. Para hacerse una idea de la burbuja de intermediarios, integrada en muchos casos por hermanos, tíos, padres, novias, etc, de los jugadores, cabe señalar que entre Argentina y Brasil, solamente suman 511, bastante menos que España, siendo los dos países iberoamericanos las principales canteras.
El dinero manejado en traspasos en España en los últimos seis años asciende a 2.138 millones, por lo que con márgenes del 28% no extraña que haya tanta burbuja. Las seis primeras ligas europeas suman más de 1.800 millones de euros, a pesar de que hasta diciembre los traspasos en España habían caído abruptamente, hasta 132 millones (sin mercado de invierno), frente a los 375 millones de la temporada completa o los 540 millones de hace 5 temporadas.
La FIFA está desarrollando una plataforma Global Player Exchange (GPX), equivalente a una bolsa de contratación de jugadores, que ofrecerá a los clubes este mismo año mediante un contrato de suscripción. GPX contará con información detallada de contratos y derechos, permitiendo a los clubes informarse de cuál es la situación de cada jugador, lo que se prevé que dé más transparencia al mercado y rebaje seriamente el coste de la intermediación.
Hay que tener en cuenta que la intermediación se dispara debido a que muchas veces son los dueños de los clubes los que inflan esa partida porque también sacan tajada particular de las operaciones de compraventa “Lo que pierden en el club, lo quieren recuperar en los traspasos”, asegura a La Celosía un intermediario, que no quiere ser identificado. Muchos clubes de fútbol españoles están en manos de individuos de dudosa reputación, habituales visitantes de los juzgados.
Los clubes están perdiendo además el control sobre los jugadores con la llegada de los fondos especulativos, que invierten en derechos sobre jugadores de fútbol, en la mayoría de los casos con porcentajes altos, y siempre con el derecho a decidir sobre el futuro del jugador.
La FIFA estudió este martes la situación de los derechos en manos de terceros, que le gustaría prohibir, pero aparentemente hay serios problemas legales. Un estudio del Centro Internacional de Estudios Deportivos (CIES), dependiente de la Federación Internacional, desvela que el 15% de los agentes de Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y España, han realizado contratos con terceros, bien sea con fondos de inversión o sociedades opacas, de titularidad desconocida. Para explicarnos, Falcao no es del Atlético de Madrid, o mejor dicho no es solamente del Atlético de Madrid, sino de terceros que aspiran a lucrarse con su traspaso.
Se sabe que el intermediario portugués, Jorge Mendes, agente de Mourinho y Ronaldo, y que ha realizado varias operaciones con jugadores del Real Madrid, participa en los negocios de Quality Sports Investments, que opera con una gestora de fondos de inversión en derechos de jugadores, y que es pionera en este negocio en Europa.
Los primeros grandes negocios del fútbol con terceros los hizo la sociedad Media Sports Investment, que adquirió un club histórico brasileño, el Corinthians, y que transfirió al argentino Tévez en una operación con terceros, e hizo una operación similar con Javier Mascherano en Inglaterra, ahora jugador del Barça.
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