Por primera vez en la historia de la Unión Europea, las empresas ferroviarias se verán obligadas a proporcionar un espacio exclusivo para bicicletas en todos los trenes nuevos y renovados. Este es el resultado de las negociaciones para la refundición del Reglamento de Derechos y Obligaciones de los Pasajeros de Ferrocarril. La Federación Europea de Ciclistas (ECF, por sus siglas en inglés) luchó durante los últimos 3 años hasta conseguir esta victoria.
“Creemos que este es un paso adelante para los ciclistas europeos y para la multimodalidad. Estamos esperando ver el texto final, pero entendemos que habrá un mínimo de 4 plazas para bicicletas en todos los trenes nuevos y renovados. Seguiremos trabajando con nuestros asociados y otros colectivos interesados para desarrollar aún más la combinación de estos dos modos de transporte sostenibles”, señala Jill Warren, co-directora ejecutiva de ECF.
Más empleos, gracias a las bicicletas
La obligatoriedad para las empresas ferroviarias de transportar bicicletas incentivará el ciclismo recreativo y el cicloturismo, según los expertos. Cada vez más personas eligen tomar vacaciones y permisos de trabajo utilizando como medio de recreo la bicicleta. Esta opción contribuirá a crear miles de nuevos puestos de trabajo en la industria del turismo tan lastrada por el COVID.
Un estudio ECF subraya que en el 53% de las conexiones de tren más rápidas entre las principales ciudades europeas, las bicicletas no estaban permitidas a bordo. El reglamento refundido alentará a las empresas ferroviarias a que establezcan y mantengan actualizados planes sobre cómo aumentar y mejorar el transporte de bicicletas y otras soluciones que fomenten el uso combinado de ferrocarriles y bicicletas.
Los Estados miembros y/o las empresas ferroviarias pueden optar por ir más allá del mínimo exigido por el Reglamento de la UE. Los nuevos trenes ICE de Alemania vienen con un espacio dedicado para al menos 8 bicicletas. Varios Estados miembros vetaron el requisito de que las empresas ferroviarias permitieran al menos 8 bicicletas en cada tren nuevo y renovado, como lo propuso originalmente el Parlamento Europeo y defendió la ECF.