La Red de Acción en Plaguicidas (PAN), a la que pertenecen 600 organizaciones no gubernamentales de 60 países, alerta sobre 18 deficiencias estructurales y metodológicas observadas en el uso de pesticidas dañinos en la agricultura y en su manejo en áreas públicas o privadas. En su Libro Blanco muestra que la ciencia a menudo se usa incorrectamente o está ‘desactualizada’ en el procedimiento de evaluación de riesgos de pesticidas; que todavía se basa en metodologías antiguas y no incorpora evidencia de literatura científica revisada por pares que podría bloquear la autorización de varios productos químicos debido a problemas de seguridad.
El Reglamento europeo de pesticidas (EC) 1107/2009 se basa en el principio de precaución y tiene como objetivo garantizar que las sustancias o productos pesticidas comercializados no afecten negativamente a la salud humana o animal o al medio ambiente. Sin embargo, “el modelo actual de evaluación de riesgos de pesticidas que determina la aprobación de sustancias pesticidas en la Unión Europea es problemático, ya que no evita el uso de químicos dañinos en la producción de alimentos”, denuncian los 24 expertos consultados.
“La industria está dominando el proceso de evaluación en todos los niveles, pruebas, metodología, lobby, comunicación y casos judiciales Es hora de reformar todo el proceso”, señala Hans Muilerman, oficial de productos químicos de PAN Europa. El Libro Blanco pretende cuestionar la evaluación en curso de la legislación de la UE sobre pesticidas (caso de REFIT, Ley General de Alimentos, Comité PEST), apoyando un mayor nivel de protección. También tiene como objetivo promover el desarrollo e implementación de prácticas alternativas no químicas sostenibles en el sistema de producción de alimentos.
Dejadez en prevención y precaución
Los principios de prevención y precaución no se implementan en la política de evaluación de riesgos, según el Libro Blanco. “Si la UE quiere que sus políticas sobre pesticidas tengan credibilidad científica y legitimidad democrática, debe ampliar el alcance de sus evaluaciones para garantizar que se evalúen adecuadamente los riesgos de los productos comerciales tal como se venden, en lugar de solo el ingrediente activo principal. También debe garantizar que las incertidumbres se reconozcan de manera integral y que el principio de precaución se aplique de manera coherente, no oportunista”, subraya el profesor Erik Millstone de la Universidad de Sussex.
En el Libro Blanco también se mencionan 18 soluciones ‘realistas y sólidas’ dirigidas a los responsables de la formulación de políticas sobre cómo superar las deficiencias actuales de evaluación de riesgos. “Las respuestas propuestas a los pasos críticos del procedimiento de autorización de pesticidas tienen como objetivo apoyar las decisiones importantes que se toman actualmente en las instituciones europeas que afectan a la salud pública de los ciudadanos europeos”, aclara la doctora Fiorella Belpoggi, del Instituto Ramazzini en Italia.