La Sociedad Francesa de Alcohología (SFA), una de las más notables del mundo en la prevención y el estudio del alcoholismo, acaba de celebrar sus jornadas anuales con un mensaje claramente optimista sobre los efectos del baclofeno en el tratamiento de los enfermos alcohólicos en la presentación de los resultados, ahora detallados, de los ensayos que se han llevado a cabo con baclofeno.
Éste medicamento ha sido prescrito siempre para combatir los espasmos musculares que ocasionan algunas enfermedades neurológicas, y desde hace varios años se ha permitido con carácter temporal y casi experimental, utilizarlo en el tratamiento de la dependencia del alcohol.
En un acto de honestidad médica, la SFA, describe sinceramente los resultados de cuatro experiencias clínicas con baclofeno, que con carácter inicial fueron presentados en el congreso mundial de alcohología celebrado en septiembre del año pasado en Berlín. La SFA sostiene que en dos de los ensayos con este medicamento que buscaban su eficacia sobre la abstinencia y la recaída, los resultados han decepcionado, ya que su éxito es solo ligeramente superior al del placebo.
Sin embargo, ha dado una respuesta optimista sobre el ensayo de origen francés, llamado Bacloville, en el que se ha medicado con altas dosis de baclofeno a los enfermos. Coordinado por el doctor Philippe Jaury, el estudio ha incluido a pacientes presentando un consumo excesivo de alcohol, con o sin dependencia. El criterio principal de la evaluación era mostrar la eficacia del baclofeno comparado con placebo tras un año de tratamiento.
La dosis se adaptaba a cada paciente, pudiendo alcanzar los 300 miligramos por día, muy alta en relación al resto de ensayos. La muestra clínica fue de 325 pacientes y el resultado fue positivo, ya que si se considera la evolución del consumo, se apreció que en el duodécimo mes el 56,8% de las personas tratadas con baclofeno bajaron significativamente el consumo de alcohol, frente a un 36,5% de los que tomaron placebo.
La reducción fue en una horquilla que va desde la abstinencia hasta un consumo que se considera de bajo riesgo, inferior a 40 gramos para los hombres y 20 gramos en mujeres. La tolerancia a dosis más altas de baclofeno ha sido aceptable a pesar de efectos indeseables, algunos incluso graves, por ser esperados y conocidos (somnolencia, astenia y vértigos, entre otros).
Perfilar los pacientes que responden mejor es el siguiente paso
La SFA considera que hay datos disponibles para afirmar que el baclofeno tiene una acción positiva para rebajar la ansiedad de los pacientes, y la impresión es que su eficacia, siendo limitada como ayuda para mantener la abstinencia, resulta interesante cuando se trata de rebajar el consumo.
Ahora queda por precisar si este fenómeno se produce igual tanto en los pacientes dependientes como en los no dependientes. Se necesita también estudiar todos los datos para obtener un juicio más preciso sobre la existencia o no de perfiles de pacientes que responden mejor que otros al tratamiento con baclofeno, ya que la población de alcohólicos es heterogénea. En definitiva habrá que afinar más y los médicos tendrán que ver cómo responden los diferentes pacientes.
De momento, la agencia francesa del medicamento (ANSM, por sus siglas), anunció la semana pasada que prolongaba en un año y rebajaba los criterios de la recomendación temporal de la autorización del baclofeno, aunque todavía no se ha autorizado ningún medicamento de baclofeno, específico para el tratamiento de los alcohólicos.