La Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima acaba de publicar un nuevo informe sobre los requerimientos económicos y políticos para limitar el impacto del cambio climático y conseguir los objetivos de no superar los dos grados centígrados el recalentamiento, en línea con el acuerdo internacional, COP 21, alcanzado el año pasado en París.
La Comisión incluye antiguos jefes de gobierno y ministros de Finanzas, además de líderes mundiales en el campo de la economía y la empresa. Fundada por siete países, Reino Unido, Suecia, Corea del Sur, Noruega, Indonesia, Etiopía y Colombia, y está concebida como una iniciativa independiente dedicada a examinar cómo los países pueden crecer evitando los riesgos del cambio climático. Sus trabajos son coordinados por un grupo en el que participan instituciones relevantes como World Resources Institute, Climate Policy Initiative, Global Green Growth Institute, Indian Council for Research on International Economic Relations, Overseas Development Institute, Stockholm Environment Institute , London School of Economics and Political Science y Tsinghua University.
En la presentación del informe ‘The Sustainable Infrastructure Imperative: Financing for Better Growth and Development’ en el que se identifican los principales obstáculos para financiar la insfraestructura sostenible que necesita el mundo para evitar el excesivo calentamiento y se propone una transformación radical del sistema financiero, que debe encaminarse hacia una economía verde, que permita conseguir el ingente capital necesario. Un resumen del informe se puede leer aquí.
“Resulta indispensable para relanzar el crecimiento mundial, para luchar contra la pobreza, para respetar el acuerdo de París, dijo el presidente de la Comisión, el ex mandatario mexicano, Felipe Calderón, el pasado jueves cuando presentó el informe. La infraestructura que se necesita consiste en transportes limpio, energías renovables, construcción descarbonizada al máximo, etcétera, y las mayores necesidades se encuentran en África, América Latina, Asia y las ciudades de todo el mundo, cuya urbanización aumenta sin cesar.
Aunque en un principio eche para atrás el montante de capital necesario, cifrado por la Comisión, nada menos que 90 billones de dólares en 15 años, la cantidad es fácilmente obtenible sin una financiación suplementaria excesiva. El informe propone eliminar las energías más contaminantes. Reducir al máximo la subvención de las energías fósiles, subsidiadas por valor de 550.000 millones de dólares en 2014, y dirigirlos hacia las opciones sostenibles. Otra propuesta es la de establecer un precio al carbono, establecer tasas a las emisiones contaminantes y desarrollar de manera exponencial instrumentos financieros como las emisiones de bonos verdes, deuda destinada a proyectos que mejoran la sostenibilidad.
El sistema financiero debe transformarse con una banca de inversión verde y exigiendo a las empresas transparencia sobre el riesgo climático que comporta su actividad. Debe aumentar el gasto en innovación y el desarrollo de tecnologías limpias en todos los procesos industriales. También se reclama un fortalecimiento de las instituciones políticas, ya que una mejor planificación y gobernanza es necesaria para elegir los proyectos adecuados y su financiación como primera opción.
El economista y copresidente de la Comisión, Lord Nicholas Stern, asegura que “las dos próximas décadas y particularmente los próximos tres años son críticos para el futuro del desarrollo sostenible. Podemos y debemos invertir (y construir) en ciudades donde podamos movernos, respirar y ser productivos, protegiendo el mundo natural que sostiene nuestras vidas. No podemos continuar haciendo lo mismo, encerrados en infraestructuras sucias contaminado y congestionando más el hábitat, asfixiando el desarrollo, particularmente de los más pobres. Todo ello requiere no sólo mejores políticas, sino también una metamorfosis del sistema financiero que le haga operativo para cumplir con las expectativas de cambio, en escala y calidad de la inversión que necesita el mundo”. Stern apunta a los bancos de desarrollo, tanto nacionales e internacionales, como ariete de este cambio.
Caio Koch-Wesser, miembro de la Comisión y ex vicepresidente de Deutsche Bank, reconoce la dificultad del cambio del sistema financiero por lo que es necesario poner en el mismo discurso las dos caras de la moneda, finanzas verdes y riesgo climático. “Claras definiciones de lo que atañe a lo verde por un lado y la transparencia debida sobre el riesgo contaminante por el otro, permitirá tomar buenas decisiones de inversión y ayudará a la transición hacia una economía sostenible y eficiente”, aseguró Koch en la presentación del informe.
El Banco Interamericano de Desarrollo crea una plataforma para proyectos sostenibles
Coincidiendo con la pulicación del informe, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Interamericana de Inversiones, o sea el grupo BID, anunciaron la creación de NDC Invest, una plataforma única para apoyar a los países miembros a conseguir recursos para planes de inversión y proyectos con los que poder cumplir con los compromisos climáticos. El BID ya acordó este año que el 30% de la financiación que se autorice será para inversiones sostenibles.
La plataforma NDC incluye cuatro componentes, Programa, Acelera, Impulsa y Financia. Todas ellas conforman un producto único que dota de mayor agilidad al proceso de inversión, lo que resulta fundamental en los países en desarrollo. El informe de la Comisión advierte de que una proyecto de infraestructura requiere el apoyo de docenas de instituciones financieras, todas ellas con exigencias, lo que alarga años el proceso. El coste de preparación de éste es alto, entre el 2,5 y 5% del total, y el riesgo respecto a la rentabilidad de los proyectos de infraestructura sostenible es a veces demasiado alto para atraer al capital privado.
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