La bicicleta como medio de transporte, novedoso tras la eclosión de las eléctricas, gana presencia en las ciudades europeas, y ayer consiguió un empuje muy poderoso, que sin duda resultará fundamental en los debates sobre la movilidad urbana en todas las ciudades europeas, tras ganar ayer en Suiza, mediante plebiscito, con el 73,6% de los votos (una participación del 37%) el respaldo y la protección constitucional del país helvético, colocando a las vías ciclistas en el mismo nivel que los senderos y caminos pedestres, protegidos en el artículo 88 incorporado hace 40 años a la Constitución suiza.
En líneas generales, el apoyo constitucional supone que a partir de ahora la bicicleta tendrá que ser tenida en cuenta para la planificación del tráfico en todos los niveles administrativos, federal y cantonal. El objetivo era aumentar el número de ciclistas regulares, no sólo los que utilizan este vehículo para desplazarse, sino también para el uso deportivo y cicloturista. Todos ellos ganarán en seguridad, uno de los factores clave para potenciar la bicicleta. En España, una defensa semejante pondría a la bicicleta en un nivel altísimo de utilización, gracias al buen tiempo.
La Asociación ‘pro bicicleta’, el lobby promotor de la medida, retiró su iniciativa, que pretendía un apoyo financiero obligatorio federal a los caminos ciclistas, para que las autoridades, Gobierno y Legislativa, presentaran un contraproyecto, el aprobado ayer, que básicamente respaldaba sus argumentos pero mantenía la competencia, también la financiera, en los Cantones. De esta forma, los promotores del apoyo a la bicicleta se garantizaban una mayoría muy clara, como así ha sido, de respaldo a la bicicleta. La Confederación se reserva el derecho a definir los criterios de calidad, especialmente en materia de seguridad, en los proyectos de caminos ciclistas.
Los argumentos que han llevado a los suizos a proteger y fomentar el desarrollo de los caminos ciclistas se basan en primer lugar en la gestión de la movilidad. Muchos trayectos en transporte público tienen una distancia de pocos kilómetros, que hoy en día pueden realizarse cómodamente en una bicicleta eléctrica si la red viaria para este vehículo es la indicada. En definitiva se trata de explotar el potencial de este modelo de tráfico.
La seguridad para quien conduce una bicicleta es otro de los motivos importantes, ya que compartir espacio con coches y otros vehículos a motor, ha elevado el número de accidentes. El factor medioambiental también juega claramente en favor de la bicicleta, al igual que el sanitario, ya que se reducen las emisiones contaminantes con su uso y la salud de los usuarios mejora.
El desarrollo de las aplicaciones de nuevas tecnologías de la información y las de las baterías eléctricas han permitido desarrollar sistemas de alquiler de bicicletas impensables hace años y ahora sólo falta que los ayuntamientos y comunidades actúen en favor de la reserva de espacio único para el tránsito de bicicletas.
Suiza aspira también a conseguir que el país sea visto como un paraíso para el cicloturismo, con un importante potencial económico para sus pueblos y ciudades. El país helvético cuenta con 11.000 kilómetros de itinerarios para ciclismo deportivo, de los cuales alrededor de 9.000 cuentan con señalización específica. En 10 años, los cantones suizos deberán aplicar los planes directores sobre este asunto, y contar con el personal adecuado. En la actualidad ya hay varios países con proyectos nacionales de potenciación de la bicicleta, entre ellos Francia, Holanda, Alemania y Dinamarca.