La aseguradora suiza Swiss Re, líder mundial del reaseguro y una de las más relevantes en pólizas de empresas, se ha convertido en la primera del mundo, al menos en hacerlo público, que cambia su sistema de inversión, aplicando a todas las compras de activos referentes basados, no ya en rentabilidad y riesgo, sino también en que cumplan con los principios de Responsabilidad Social, Medioambiental y de Gobernanza Empresarial (ESG, por sus siglas en inglés).
El paso dado por Swiss Re supone todo un desafío para los inversores institucionales (aseguradoras, fondos de pensiones, etc), tal como se infiere del informe que ha preparado la aseguradora suiza para explicar su perfil de inversor institucional socialmente responsable, ahora ya teniendo siempre como referente ineludible los principios ESG. Un informe muy reciente, de este año, que ha llevado a cabo State Street ya subrayaba el creciente interés que despiertan estos principios, desde que Naciones Unidas lanzara en 2006 el desarrollo de los Principios para la Inversión Responsable (PRI), que en la actualidad están suscritos por más de 1.600 inversores institucionales.
State Street subraya que en su análisis de campo, la gran mayoría, el 80%, de los 475 inversores institucionales contactados, aseguraban que de alguna manera la estrategia de Responsabilidad Social se incorporaba en sus carteras de inversión. Sin embargo, solamente un tercio reconocían que incorporasen completamente elementos de ESG.
La inversión responsable ha aumentado mucho, pero se mueve sin reglas claras
Las razones para llevar a cabo esta estrategia, según tres cuartas partes de los participantes en el estudio, tuvieron como principal factor la reducción del riesgo. Otro estudio citado por Swiss Re, que realizó Eurosif, estima que en Europa hay activos valorados en 11 billones de euros, que de alguna forma conllevan elementos de responsabilidad social, mientras que en Estados Unidos la cifra baja hasta 8,7 billones de dólares. En un país muy potente en gestión de dinero, como es Suiza, el crecimiento en el último año de activos con etiqueta de inversión responsable aumentó el 39%. A nivel mundial podemos estar hablando de 22,9 billones de dólares, frente a los 75 billones de dólares que mueven las gestoras institucionales.
Swis Re reconoce que el mayor problema para moverse con esta buena voluntad capitalista es la ausencia de reglas comúnmente aceptadas, terminología, guías y estándares de mercado armonizados. La compañía ha decidido El sistema que utiliza la aseguradora en la toma de decisiones se adecúa a tres elementos básicos, uno de mejora que pasa por desplazar las inversiones hacia activos referenciados en índices ESG, con inversiones a largo plazo sobre aquellos activos con mejores calificaciones de responsabilidad social. El segundo elemento básicos es el de inclusión, según el cual se buscan y crean estrategias dirigidas a bonos verdes, energías renovables o infraestructuras sociales, y por último, el de exclusión, por el que se elude invertir en activos con huella que no encaja en el riesgo sostenible, como pueden ser aquellos con un alto contenido de carbono.