Los avances de Google en la inteligencia artificial aplicada a las ciencias de la salud son muy relevantes. Sus algoritmos de ‘deep learning’,que confieren a un ordenador la capacidad para reconocer imágenes, sonidos, vídeos o textos a fuerza de mostrárselos muchas veces, van a conseguir avances vertiginosos en el diagnóstico y la anticipación de enfermedades. Si ya a finales de 2017, la revista ‘Nature’ publicó los avances conseguidos con la tecnología de Google en el diagnóstico de los cánceres de piel, ahora ha mostrado su pericia en la detección del cáncer de pulmón.
En un estudio publicado en mayo en ‘Nature Medicine’ se informa de cómo un programa desarrollado por Google (en realidad es Alphabet la matriz que engloba los negocios de salud) ha sido instruido para revisar las imágenes obtenidas por scanner de casi 15.000 pacientes, de los cuales desarrollaron cáncer de pulmón 578. Una vez almacenada esta información por el programa, se le presentan al algoritmo de inteligencia artificial otros 6.716 escáneados de otros pacientes, de los cuales sólo 86 habían desarrollado cáncer. El resultado de Google ha sido que su Inteligencia artificial detectó el 94,4% de estos últimos tumores malignos. Tras el aprendizaje con la primera muestra consigue un diagnóstico excepcional en el segundo.
Cuando se ha puesto a Google a competir con radiólogos expertos ha pasado el examen con mejor notal que éstos, ya que su diagnóstico ha permitido reducir en un 11% los diagnósticos equivocados de cáncer y en un 5% los cáncers no detectados. Parece que ya nadie duda de que esta herramienta si bien no acabará con la figura del radiólogo será imprescindible para éste. No obstante está por ver la disposición de pacientes de riesgo, como fumadores u otrs, a someterse a pruebas de escáner con veredicto Google, antes de que el radiólogo haya reparado en algo negativo. El temor a que la máquina le diga a uno que observa nódulos malignos, lo que exigiría un tratamiento precoz pero duro en cualquier caso, puede resutar un obstáculo.
Inversión astronómica de Google en ciencias de la vida
Ya se sabía por estudios científicos realizados anteriormente, como es el caso de uno bien conocido por los oncólogos y neumólogos, el que se llevó a cabo a nivel nacional en Estados Unidos, ‘The National Lung Screening Trial Research Team’, en el que se trabajó una muestra de más de 50.000 personas que habían fumado al menos una cajetilla de tabaco al día durante 30 años. Durante un trienio tuvieron seguimiento médico al menos una vez al año, unos con una radiografía y otros con un escáner de baja intensidad. El resultado fue que la mortandad se redujo en un 20% en el caso de los escaneados. Con el escáner se detectan obviamente muchos más nódulos, pero no se sabe si son benignos o malignos, hay una imprecisión manifiesta, un hándicap que se rebaja ampliamente con la inteligencia artificial de Google.
Alphabet, la matriz de Google está invirtiendo, junto a sociedades especializadas, cantidades astronómicas de miles de millones, en el sector de ciencias de la vida. Cuenta con una filial, Verily, para desarrollar sensores de glucosa en sangre a través de objetos como lentillas, conectados con ingenios que inyectan insulina. Otra sociedad, Calico, se dedica a encontrar remedios para que el ser humano prolongue su vida. Otro campo en el que se prevé que anunciará novedades es en la explotación de los millones de datos de búsquedas de carácter médico, cuyo análisis debería servir para que Google sea el mejor consultorio médico del mundo.