Francisco González, el presidente del BBVA, puede acabar con el mito Botín, al superar al banquero cántabro en una larga carrera de fondo en Bolsa y en rentabilidad para el accionista 12 años después de que ambos accedieran a la presidencia del BBVA y BSCH (hoy Santander) respectivamente. Los dos banqueros tomaron el mando de las entidades, cuyos estatutos dan a la presidencia un poder ejecutivo inmenso, en el año 2001, un ejercicio muy duro debido a la crisis de Argentina, que se vio forzada a desligar su moneda del dólar, originando una convulsión financiera en el país y en gran medida en Sudamérica.
FG accedió a la presidencia del BBVA en diciembre de 2001, tras haber forzado la dimisión del anterior número uno, Emilio Ybarra, y de la mayoría del consejo, por no contabilizar en el balance un fondo de reptiles y disponer del dinero para dotar un fondo de pensiones de los consejeros. Emilio Botín alcanzó igualmente el poder del BSCH en agosto de 2001, también antes de lo que le correspondía, una vez conseguida la dimisión previo acuerdo indemnizatorio generoso de José María Amusátegui y el consejero delegado del banco, Ángel Corcóstegui.
FG y Botín llegan a las presidencias de BBVA y SCH
tras dos fusiones, todo en los mismos
ejercicios, 1999 y 2001
Además de este paralelismo en la llegada al poder, ambos banqueros habían protagonizado fusiones muy relevantes dos años antes, en 1999. González integró Argentaria en el Bilbao Vizcaya, constituyendo el BBVA, y Emilio Botín hizo lo mismo con el Santander (ya dueño del Banesto) fusionándolo con el Central Hispano para formar el BSCH. Durante la singladura, estos dos banqueros han vivido y pilotado en la crisis de Sudamérica, los mejores años para la banca desde la guerra civil, y la gran depresión de los últimos años. Por consiguiente no resulta descabellado hacer comparaciones tras 12 años de pilotaje en los dos principales bancos españoles e iberoamericanos.
La audacia de Emilio Botín, alentada además por su número dos, Alfredo Sáenz, en los años de la burbuja financiera (no exclusivamente inmobiliaria) contrastaba con la criticada prudencia de la gestión, calificada de timorata por muchos, de Francisco González. Sin embargo, hoy es el día que BBVA se considera un banco más sólido, solvente y fiable que el Santander. Los números no engañan. Cuando FG tomó las riendas del BBVA, la cotización del banco con sede en Bilbao era de 13,76 euros por acción, mientras que Emilio Botín cogía el BSCH con un precio de 10,07 euros. Los cierres de ayer fueron de 7,99 euros y 5,79 euros respectivamente, lo que supone descensos del 41,93% en el caso del banco de FG y del 42,5% del Santander de Emilio Botín. Por consiguiente, en términos de cotización han salido ganando ligeramente los accionistas del BBVA.
En los ejercicios pasados más recientes la pérdida de credibilidad del banco rojo ha sido muy notable, mientras que el banco azul ha ganado en prestigio frente a los analistas e inversores institucionales. El vitoreado y jaleado aumento del balance del Santander ha sido cuestionado en los últimos tiempos, y su mantenimiento ha resultado un lastre para el fortalecimiento adecuado de los recursos propios.
Botín más que triplicó el balance, mientras que
FG ni siquiera lo ha duplicado, estando el BBVA
mejor de recursos propios para afrontar la crisis
Botín tomó las riendas del SCH (hoy Santander) con un balance consolidado de 350.137 millones de euros, soportado con un capital de 2.330 millones, repartido entre 4.659,36 millones de acciones. Por su parte, FG pilotaba en el ejercicio de 2001 un balance de 309.246 millones de euros, con un capital de 1.566 millones repartido en 3.196 millones de acciones. Como se puede apreciar, el BBVA estaba más apalancado (endeudado) que el SCH.
Durante estos doce años Botín ha conducido el banco a un crecimiento que en los últimos años se ha mostrado insostenible. Al cierre del primer semestre de este año, el balance consolidado del Santander registraba activos por valor de 1.223,12 millones de euros, lo que supone más que triplicar la cifra habida a su llegada a la presidencia. Por su parte, FG, ni siquiera ha duplicado el balance del BBVA, que ahora contabiliza un activo total de 600.997 millones de euros. Según los cálculos realizados por La Celosía, el Santander tiene un exceso de activo cercano a los 200.000 millones de euros si operase en la misma relación de recursos propios que el banco presidido por González.
El accionista del Santander se ha diluido
en el capital mucho más que el del BBVA
Esto quiere decir que doce años después el Santander es un banco más apalancado que el BBVA, justo lo contrario de lo que ocurría cuando empezaron la carrera los dos presidentes. El mercado aprecia más ahora mismo las entidades menos apalancadas. Es cierto que de cara al accionista no vale con mirar solamente la cotización, ya que en el tiempo transcurrido ha habido dividendos, pero la ventaja del banco de la llama en este capítulo queda contrarrestada con la brutal dilución que han sufrido los accionistas. El Santander ha aumentado el número de acciones en un 132%, mientras que el BBVA lo ha hecho solamente en un 81,7%. Esta es una de las razones por las que el beneficio para el accionista del BBVA ha sido superior al del Santander, concretamente 29 céntimos frente a 21 en el primer semestre de este año.
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