“Combatir el calentamiento global y su incidencia en el clima requiere desincentivar el uso de aquella energía que genere emisiones de CO2. Desincentivar significa encarecer. La gran industria europea paga por sus emisiones de la misma manera que nosotros como ciudadanos asumimos que el 50% del precio que pagamos por el combustible de nuestros coches son impuestos. Este es el primer y gran debate. Encarecer la energía que contamina supone menor renta disponible como consumidores y, lo que es peor, menor competitividad de nuestra industria”, subraya Nemesio Fernández Cuesta en una tribuna de opinión publicada en ‘El Confidencial’.