Muy pocos españoles la conocen y es muy poca cosa en el mapa. Pero la localidad de Avià (Barcelona), con tan sólo 2.250 habitantes, es una de las 12 poblaciones europeas finalista de los Premios a la Energía Sostenible de la Unión Europea (Premios EUSEW) que reconocen el papel fundamental que desempeñan los sectores público y privado, las ONG y las autoridades nacionales y locales para lograr la neutralidad climática de Europa.
“Ser nominado como finalista para los premios EUSEW le da a nuestro modelo de pueblo sostenible el reconocimiento, la legitimidad y la aceptación que necesita. Favorece que las personas tengan una mayor apertura de mente y se esfuercen por impulsar la transición energética”, reconoce Josep Subirana, concejal del Ayuntamiento de Avià por ERC y principal impulsor de la iniciativa.
Los 12 finalistas competirán en 4 categorías de premios: Compromiso, Liderazgo, Innovación y Juventud. Los ciudadanos de toda Europa pueden ver los vídeos de los finalistas, votar y ayudar al mejor proyecto a ganar el Premio Ciudadano 2019.
Un modelo para Cataluña y Europa
En 2015, el Ayuntamiento de Avià puso en práctica un proyecto de sencilla aplicación para impulsar las energías renovables, la eficiencia energética y la protección del medio ambiente. De esta forma, logró reducir sus emisiones de carbono y su demanda de combustibles fósiles beneficiando tanto a los ciudadanos como a las autoridades locales.
“Nuestras medidas de sostenibilidad están diseñadas para proporcionar beneficios medioambientales y económicos directos a los habitantes de Avià, de ahí la popularidad de la transición energética que estamos llevando a cabo, que sirve de inspiración a otros ayuntamientos de Cataluña y de toda Europa”, señala Josep Subirana,
Solo el sector público de Avià ahorra anualmente más de 300.000 kilovatios/hora de energía, lo que supone una reducción del 60% comparado con las cifras de consumo previas al año 2015. El pueblo ahorra 50.000 euros y 90 toneladas de emisiones de dióxido de carbono al año, y esto sin incluir los edificios privados.
Con un presupuesto de menos de 350.000 euros, el Ayuntamiento de Avià ha dado una serie de pasos sencillos que fomentan la implicación ciudadana. En primer lugar, ha llevado a cabo un plan de reducción de impuestos dirigido a aquellos ciudadanos que tomen medidas ecológicas tales como la instalación de paneles solares en el tejado y el aislamiento de la fachada de su vivienda.
En los edificios públicos, se han instalado paneles solares, se ha cambiado la iluminación a bombillas LED, se ha mejorado el aislamiento de los edificios y se ha limitado el acceso a las licitaciones de suministro de electricidad para edificios públicos e iluminación municipal solo a empresas de energía 100% renovable. Al mismo tiempo, el consistorio ha comenzado los preparativos para una compra conjunta de paneles solares dirigida a ayudar a aquellos ciudadanos que no puedan permitirse la instalación de paneles en sus viviendas.
Reciclaje puerta a puerta
Dentro de las medidas de sostenibilidad, la autoridad local ha mejorado significativamente el plan de reciclaje puerta a puerta, logrando que se recicle el 70% de los residuos de la localidad. Además, el ayuntamiento ha aplicado medidas para proteger la vida silvestre natural del río local, ha promovido el uso compartido de vehículos habilitando plazas de aparcamiento especiales y ha instalado puntos de recarga para vehículos eléctricos e híbridos.
Avià también ha establecido programas de compostaje para los restos generados por la tala de árboles, ha prohibido el uso del pesticida glifosato en espacios públicos, ha proporcionado bolsas a los dueños de perros para la recogida de excrementos y ha instalado zonas de compostaje para estos residuos.
Con su modelo fácilmente imitable, su fuerte compromiso ciudadano y sus valientes decisiones políticas, Avià se está esforzando para ser lo más eficiente y sostenible posible, proporcionando un modelo para que las demás pequeñas localidades ayuden a la UE a alcanzar sus objetivos climáticos y energéticos.
Avià también promueve prácticas ecológicas sostenibles en Tambacounda (Senegal), subvencionando con 5.000 euros la instalación de una bomba solar y de paneles solares a una cooperativa de mujeres. Esta tecnología será usada para la irrigación, durante la estación seca, de una hectárea de cultivos con fines comerciales y para el suministro de energía a un hospital rural.