Pese a la fuerte presencia de seguridad anunciada para el Mundial de Rusia, el terrorismo sigue siendo un riesgo creíble, junto con la violencia entre los fanáticos (los brutales hooligans) y los crímenes de odio de raíces xenófobas. La Copa de la FIFA también se ve amenazada por los combatientes que regresan a Rusia desde puntos calientes en el Medio Oriente, advierte un grupo de expertos en defensa.
¿Es seguro ir a Rusia y asistir a la Copa del Mundo? es la pregunta que a menos de un mes de su inicio se hacen representantes de gobiernos, clubs y aficionados. Una cuestión que analiza Frank Figliuzzi, director de Operaciones de ETS Risk Management, Inc., un proveedor global de seguridad de viaje, exdirector adjunto de Contrainteligencia del FBI. “Las agencias policiales han documentado la presencia de matones rusos altamente entrenados y preparados para luchar. Estos vándalos se esfuerzan por no beber alcohol durante los partidos para mantener una ventaja sobre sus homólogos europeos o del Reino Unido”, subraya Frank Figliuzzi. Sin embargo, reconoce que un importante evento mundial como la Copa Mundial “está asegurado por las agencias de seguridad nacional rusas que entienden el impacto negativo global de cualquier incidente importante. Los Juegos Olímpicos de Invierno, en gran medida sin incidentes, en Sochi, incluso bajo amenaza de terrorismo, son evidencia de que Rusia puede asegurar un gran evento cuando lo desee”.
La World Cup, un cáliz envenenado
Cientos de combatientes rusos han regresado de campos de batalla en Irak y Siria mientras el país se prepara para albergar el torneo de 32 naciones en 11 ciudades rusas. Algunas de las estrellas de fútbol más grandes del mundo, caso de Messi y Neymar han aparecido como posibles dianas en carteles de propaganda terrorista en los meses previos a este popular evento internacional.
Militantes islamistas sunitas, incluidos jihadistas rusos que regresan de zonas de conflicto en el Medio Oriente, representan la principal amenaza terrorista, según un nuevo informe publicado por Jane’s Terrorism and Insurgency Center (JTIC). De cáliz envenenado califica a la World Cup el think tank Allan&Associates, especializado en analizar situaciones de riesgo. Destaca como el riesgo de violencia homofóbica y transfóbica proviene no solo de ciudadanos de Rusia, sino también de otros fanáticos visitantes. La FIFA ha multado a las asociaciones de fútbol argentino, brasileño y mexicano después de que sus fanáticos corearan el abuso homofóbico durante los partidos. La homofobia es generalizada en toda Rusia. Aunque la homosexualidad es legal, en 2013 el parlamento aprobó un proyecto de ley vagamente redactado que penalizaba la “propaganda gay”, lo que generó duras críticas por parte de la UE y de muchas organizaciones internacionales de derechos civiles.
Los ataques xenófobos son otro riesgo importante a medida que se acerca la Copa del Mundo. Hay una minoría africana pequeña y visible de alrededor de 100.000 personas en Rusia. Muchos son inmigrantes económicos de primera generación, mientras que otros son antiguos estudiantes que recibieron educación terciaria gratuita en la Unión Soviética. El Centro de Información y Análisis de Sova, un centro de estudios con sede en Moscú, encontró 177 informes oficiales de violencia contra personas de color entre 2008 y 2014, pero, una vez más, es probable que el número sea mucho mayor.
Desde 2008, las autoridades estatales han tomado medidas enérgicas contra la violencia neonazi, reduciendo el número de ataques racistas por parte de “skinheads”. Sin embargo, el Comité de Asistencia Cívica, que proporciona ayuda legal y humanitaria a los inmigrantes en Rusia, afirma que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley a menudo son los protagonistas de la violencia. Se han contabilizado 99 incidentes de discriminación étnica en partidos de fútbol rusos durante la temporada 2015/2016.