“Eólicas: iremos hasta el final, combatiremos en las tierras, combatiremos en el mar, jamás nos rendiremos”. Es el grito de guerra de la Plataforma Europea Contra los Parques Eólicos (European Platform Against Windfarms– EPAW). Fundada el 4 de octubre del 2008, seis años después cuenta con 819 miembros de 25 países. Aunque 24 asociaciones españolas formadas por ecologistas se integraron en su red, el contacto con EPAW en muchos casos se ha perdido. En el registro de lobbies de Bruselas la EPAW figura con 1€ simbólico de presupuesto. “No hay recursos. Todos somos voluntarios y financiamos los gastos, tales como viajes, honorarios de páginas web, llamadas telefónicas, etcétera de nuestros propios bolsillos”, aseguran sus promotores. Comparan con orgullo su ausencia de financiación y subvenciones con los millones de euros con que cuentan los grupos de presión que influyen en la UE en favor de la energía eólica. “Quizás esto explica por qué la industria eólica tiene mucho éxito, a pesar del daño que está haciendo a la UE y sus ciudadanos, sus paisajes, su fauna, su economía, sus finanzas (enormes deudas soberanas), su patrimonio cultural, y la salud de su pueblo, entre otros efectos nocivos”, subrayan en su presentación en el registro de Bruselas. Al frente del lobby europeo se encuentra el francés Jean-Louis Butré, presidente de la Federación Sostenible del Medio Ambiente de Francia (FED).
“La energía eólica sí, pero no a cualquier precio”
“La energía del viento es limpia, renovable e inagotable. Pero los grandes parques eólicos, tanto por su concepción como por el estado de las tecnologías que se están aplicando, no han resuelto aún ciertos problemas importantes como son el elevado consumo de recursos y energía a lo largo del ciclo completo de su fabricación, vida útil y descarte”, se afirma en el manifiesto de RedMontañas, organización madrileña defensora de las montañas a las que considera “auténticas catedrales del agua, los paisajes geológicos y la biodiversidad”. La energía eólica sí, pero no a cualquier precio, ni en cualquier lugar es su filosofía. “Nuestro contacto con la EPAW actualmente es mínimo”, reconoce Rosa Fernández-Arroyo, presidenta de esta organización. Un sentir recogido en otras organizaciones como la catalana Gepec que vela por la protección de los ecosistemas catalanes. Entre las organizaciones vinculadas al lobby europeo figura también la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica a la que pertenece Joaquín Araujo que trabajó con Felix Rodríguez de la Fuente. La participación de las organizaciones españolas es muy escasa en la EPAW, prácticamente nula. Ninguna figura en los documentos, testimonios y peticiones de denuncia que aportan otras organizaciones europeas.
La batalla la dan en casa los ecologistas,
con triunfos en Valencia y Catalunya
La valenciana Zona 14 se congratula de que El Tribunal Supremo haya desestimado el recurso de Casación presentado por la Generalitat contra una sentencia del Tribunal Superior de Justicia que anuló parcialmente el acuerdo de 5 de junio de 2009 del Consell por el que se ampliaba la Red de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de la Comunitat Valenciana. El criterio europeo, el de los magistrados en la primera sentencia, así como la motivación del recurso de Casación, coinciden en que las zonas ZEPA, salvo que se acredite con informes técnicos en contrario, deben ajustarse en todo al Inventario de las Áreas Importantes para la Avifauna en la Comunidad Europea (zonas IBA) que en España fue elaborado en 1998 por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife). El delegado de esta ONG en la Comunitat Valenciana, Mario Jiménez, destacó la importancia de la decisión del Tribunal Supremo y de la valoración que hace del trabajo realizado por SEO/BirdLife en la elaboración de las IBA. “Requirió un gran esfuerzo y ha sido, probablemente, uno de los mejores trabajos de SEO/BirdLife, como ha reconocido siempre la Comisión Europea, que lo encargó, y lo asumen también ahora los tribunales de justicia”. El alto tribunal entiende que aunque estos informes no sean “jurídicamente vinculantes, se basan en criterios científicos ornitológicos equilibrados, y, en ausencia de otras pruebas científicas, los lugares que en ellos figuran deben considerarse como territorios esenciales para la conservación y clasificarse como ZEPAS”.
En Catalunya, la Plataforma en Defensa de la Terra Alta empezó a moverse ahora hace unos seis años, al poco de salir los primeros proyectos de centrales eólicas. El primero de todos fue el de Arnes y Alfara de Carles, conocido como Terranyes/Las Hoyas. Estaba proyectado en medio del Port, encima de un macizo excepcional sin ningún reconocimiento legal de su valía. La creación del Parque Natural frenó la viabilidad de la Central, pero salieron nuevos proyectos en las Serres de Pàndols y Caballs, aplaudidos por los ayuntamientos. “La ridícula e injusta financiación de los pequeños municipios provoca la urgencia de recursos para dar respuesta a alguna de las muchas carencias de nuestros pueblos. Esto decantó a los alcaldes a favor de la implantación eólica, soñando con una lluvia de millones (no tantos como se ha dicho)”, afirma la organización ecologista.