La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, en su primer discurso como cabeza de la entidad en la junta extraordinaria del 15 de septiembre, recordando a su padre subrayó que “la atención a los accionistas fue siempre una de sus prioridades y el dividendo, objeto de atención principal del banco”, y se comprometió en el futuro a “mantener esa estrategia “. Cuatro meses después ha decidido traicionarla mediante una operación de doble castigo al accionista, sin siquiera haberle preparado para que tome una amarga medicina.
La ampliación decidida en el día de ayer con carácter de urgencia por el consejo del Santander a propuesta de Ana Botín, es de gran calado ya que aumenta el capital en un 9,64%, con una inyección de fondos de 7.500 millones de euros, y elimina el derecho de suscripción preferente de los accionistas, vendiendo las nueva acciones con un descuento del 9,8%. Resulta especialmente grave que en una ampliación dineraria en la que según el propio consejo la captación de fondos no tiene ninguna finalidad urgente, sino que tienen carácter estratégico a medio plazo, se hurte a los accionistas del derecho que tienen a mantener su posición jurídica, es decir evitar la dilución, del porcentaje de su participación en la sociedad, y para más escarnio se venden las acciones con semejante rebaja.
El Consejo del Santander retira el derecho sin que
haya alegado un interés de la sociedad
que lo exija, tal como marca la ley
La operación decidida ayer por el consejo del Santander, no sabemos si por unanimidad lo que dejaría en muy mal lugar a los consejeros independientes, contraviene el espíritu de la ley de Sociedades de Capital, que en el capítulo que regula la suscripción de acciones, concretamente en el artículo 506, dice sobre la delegac ión en el consejo de la facultad de retirar el derecho preferente de suscripción a los accionistas, que se podrá atribuir esta facultad “si el interés de la sociedad así lo exigiera”. ¿Cuál es la exigencia vital para la sociedad que impide que los accionistas del Santander puedan ejercer su derecho de suscripción preferente?. La respuesta es Ninguna. La presidenta sólo ha dicho que esta ampliación que se consuma hoy en 24 horas sirve para un crecimiento mayor y más rápido, pero no supersónico , y tampoco el Consejo ha explicado las razones de la urgencia.
En cuanto a la finalidad son tres las razones con las que el Santander justifica la ampliación, nunca la de realizarla sin la participación de los accionista. En primer lugar, destaca la de aprovechar las oportunidades de crecimiento “orgánico” (sin compras) en los principales mercados en los que el banco opera por “la mejora de las perspectivas económicas. Acaso no se puede esperar un mes o dos meses para reforzar los recursos propios pudiendo ejercer así su derecho a la ampliación los accionistas que lo deseen.
Se alardeaba hasta ayer de un dividendo ficticio
insostenible, que ahora se rebaja brutalmente
La segunda razón-operación de “anticipar la generación de capital orgánico”, en palabras del propio banco es normalizar la política de dividendos, en definitiva comenzar a pagar en dinero y no en acciones, una fórmula que es la ortodoxa. Sin embargo, el coste del cambio es brutal para los accionistas. Ya que pasa de valorar el dividendo en 60 céntimos anuales a 20, lo que supone una reducción muy sensible, más allá de que la dirección lo venda como un incremento del dinero del beneficio destinado a dividendo, del 20% al 30-40%. No se puede alardear de un dividendo ficticio ayer y hoy vender lo contrario. El Santander llevaba dos años destinando a dividendo más dinero del que ganaba, y había sido advertido por el Banco de España de que no podía seguir así.
Por último, la tercera razón es la de que con esta inyección de capital el Santander se posiciona en los mejores estándares de capital. El Santander conoce desde hace mucho tiempo que tiene unos ratios de capitalización peores que sus pares, pero Ana Botín en el citado discurso decía que el grupo “cuenta con la base de capital, la fortaleza de balance y la capacidad de generación de ingresos necesarios para consolidar una evolución sostenible y creciente de nuestros resultados”. ¿Acaso el nuevo consejero delegado José Antonio Álvarez le ha hecho cambiar de opinión?. Sea como fuere, tampoco este refuerzo de fondos propios era necesario con carácter inminente como para tratar así a los accionistas. Esta desconsideración quizás se explique por el poco interés que muestran los inversores institucionales en conocer a fondo las razones de la operación. En la conferencia con los analistas solamente hubo tres preguntas. En una de ellas, la dirección del banco dejó claro que no tiene intención de comprar nada a corto plazo, lo contrario sí hubiera sido un argumento para eliminar el derecho de suscripción preferente. El activismo es más necesario que nunca.