La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publica una guía “que representa un gran paso adelante para la armonización de la evaluación de la exposición de pesticidas para los operarios, trabajadores, residentes y transeúntes a nivel de la UE”, en palabras del Dr. José Tarazona, jefe de la Unidad de Plaguicidas de la EFSA. Investigadores españoles consultados por La Celosía no comparten el triunfalismo de que hace gala. “EFSA hace un intento bien trabajado para tratar de armonizar los posibles efectos en la salud. Es una buena iniciativa para poner orden pero, débil y escasa, y se necesitan más estudios y niveles reales con los que comparar los posibles riesgos”, argumenta el investigador Jesús del Mazo, responsable del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC. Del Mazo es uno de los nueve investigadores españoles firmantes de la “Declaración de Berlaymont”, de la que informó ampliamente la Celosía, en la que 89 científicos reclaman a las autoridades comunitarias que se endurezcan las reglas para prohibir las sustancias químicas que perturban el sistema endocrino.
“Desde la EFSA se ha dado un impulso muy grande en el control de las sustancias químicas, pero hay demasiados productos comercializados y es complejo reducirlos drásticamente”, explica Piedad Martin-Olmedo, doctora en Farmacia y profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública, también firmante de la ‘Declaración de Berlaymont’. Martin-Olmedo es especialista al igual que el doctor del Mazo en los disruptores endocrinos. Se le da este nombre a sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal, tanto en seres humanos como en animales, responsable de múltiples funciones vitales como el crecimiento o al desarrollo sexual. Al imitar o alterar el efecto de las hormonas, los disruptores endocrinos pueden enviar mensajes confusos al organismo ocasionando diversas disfunciones.
Evaluar el riesgo para las personas
en contacto con pesticidas
La metodología de la EFSA está diseñada para evaluar el riesgo para las personas que entran en contacto con pesticidas. Se evalúa la exposición no dietética a estos productos químicos, principalmente por inhalación y por absorción a través de la piel, sino también debido a la posible ingestión a través de la transferencia de la mano a la boca. La EFSA ha desarrollado una herramienta de software fácil de usar que lleva a cabo estas evaluaciones de la exposición con un solo clic del ratón. Al introducir los datos clave, la calculadora indica si el nivel de exposición a los pesticidas para un grupo particular en determinadas circunstancias está por encima o por debajo de los valores de referencia fijados con anterioridad para la exposición aceptable.
Existen objeciones de los investigadores tanto sobre la metodología como sobre los parámetros de la citada herramienta. “En lo publicado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, un tanto light, no está bien planteado con qué se compara que es tolerable y que no lo es. Es conveniente valorar cuando se asocia un producto que no tiene efectos dañinos con otro que puede tenerlos. Este efecto ‘sinergístico’ no parece tenerse en cuenta. Quedan muchas variantes (gaps) que deben rellenarse”, subraya del Mazo. La profesora Martin-Olmedo valora positivamente el programa informático porque facilitará mucho el trabajo. “Celebro que la EFSA tome como referencia datos y modelos europeos. Hasta ahora en Europa éramos reacios a un sistema que Estados Unidos lleva años utilizando y para el que cuenta con el protocolo adecuado”. Pero también señala que “aún queda mucho por hacer. ¿Qué base de datos deberemos utilizar? La guía debería ser más concreta”. Como apunta esta investigadora, la EFSA no tiene poder legislativo, tendrá que ser la Dirección General de Salud la que presente el proyecto para su aprobación por la Comisión Europea.
De la salvaguardia de la salud pública
a la toxicidad de la industria química
Desde la EFSA consideran que el método y la herramienta “hacen una importante contribución a la salvaguardia de la salud pública” mediante el cálculo de la exposición no alimentaria a los plaguicidas con más precisión que nunca. Pero también reconocen que la guía contiene una serie de incertidumbres debido a la falta de datos en particular para la evaluación de los ciudadanos. “La guía proporciona una base sólida, pero es un trabajo en progreso. Es importante destacar que existen lagunas en los datos. Animamos a todos los miembros de la comunidad científica para generar y suministrar los datos necesarios para fortalecer aún más esta metodología”, explica en la presentación el Dr. Tarazona.
La toxicidad de algunos pesticidas continúa siendo ignorada por la industria química, según revela una publicación francesa. Cuestiona la ‘fiabilidad’ de los estudios científicos que aseguran están dictados de acuerdo a una escala establecida por la propia industria. Un estudio realizado por la ONG Acción en Plaguicidas (PAN) revela ‘la hipocresía en el trabajo’ en las evaluaciones de riesgos de los plaguicidas antes de ser puestos en el mercado. “A la industria química no le interesan los mecanismos de por qué un producto es tóxico. A los lobbies sólo les interesan los efectos finales; es decir si esos productos pueden llevar asociados el desarrollo de un cáncer o una malformación genética en su caso”, comenta del Mazo.
El Dr. José Tarazona, jefe de la Unidad
de Plaguicidas, responde a las críticas
Los investigadores, aunque valoran la iniciativa, echan de menos más estudios y niveles reales con los que comparar los posibles riesgos de exposición. Toman como referencia NOAEL y LOAEL. Piden mayor claridad en la utilización de las bases de datos.
¿Cuál es la opinión de EFSA sobre estas críticas?
El objetivo de la guía es estimar los niveles de exposición esperados para los diferentes grupos de población de forma armonizada en la Unión Europea. De esta forma, la guía representa una contribución fundamental para poder valorar mejor los riesgos para la salud de los plaguicidas por inhalación o contacto con la piel; y se complementan los modelos de evaluación de la exposición a través del consumo de alimentos, desarrollados previamente por la EFSA. Ciertamente, el grupo de trabajado ha detectado la ausencia de información suficiente para desarrollar algunos de los escenarios; en este sentido la guía señala las “lagunas de información” e identifica las prioridades de investigación en este campo. Esperamos que la comunidad científica pueda considerar estas prioridades; y se prevé actualizar la guía en el futuro una vez se disponga de más información. Es importante señalar que la guía cubre únicamente la parte de la exposición. El siguiente paso será proponer los niveles de referencia toxicológicos; es decir los valores que deben utilizarse en combinación con esta guía para determinar el riesgo para los diferentes grupos de población. Las NOAEL y LOAEL que comenta en su pregunta representan la información obtenida en cada uno de los estudios toxicológicos. Estos valores pueden utilizarse, junto con otras metodologías, como punto de partida para establecer estos niveles de referencia toxicológicos, pero no deben confundirse con ellos; por ello no es adecuado utilizar NOAELs o LOAELs como referencia. Como ya hemos mencionado, desarrollar recomendaciones para establecer los niveles de referencia toxicológicos que deben utilizarse en conexión con la guía es el siguiente paso de este proceso. En cuanto a la claridad en la utilización de las bases de datos es importante resaltar la gran cantidad de información que publicamos desde la EFSA durante el proceso de evaluación de riesgos de los plaguicidas. El primer paso es la publicación del Resumen del Expediente presentado por la industria; el segundo, la publicación de la Evaluación de Riesgos Preliminar realizada por el Estado Miembro ponente, y sobre la que se realiza una consulta pública; y el tercero, la publicación del Documento de Conclusiones que recoge la opinión de la EFSA sobre la sustancia activa, e incluye como anexos la evaluación revisada del Estado Miembro ponente, y los comentarios, acciones y respuestas del proceso de evaluación realizado por la EFSA. Toda esta información, está disponible en el sitio web de la EFSA y por tanto a disposición de la comunidad científica y los ciudadanos. La única excepción es la información considerada confidencial, es decir aquella cuya divulgación pudiera perjudicar la intimidad e integridad de las personas o los intereses comerciales, y siempre y cuando no exista un interés público superior que justifique su divulgación.
¿En qué medida esta Guía contribuirá a una mejor disposición de la industria química para evitar riesgos en sus productos?
La guía ofrece, por primera vez en Europa, escenarios armonizados para evaluar los riesgos de los plaguicidas para los aplicadores, otros trabajadores, y los viandantes y residentes que puedan verse expuestos durante y después de la aplicación de plaguicidas. Una vez que la Comisión Europea y las Autoridades competentes de los Estados Miembros establezcan el plazo de implementación, la guía reemplazara a los procedimientos no armonizados actuales. De esta forma, además de mejorar la base científica de las evaluaciones de los Estados Miembros y de la EFSA, se facilita el que la industria proponga las condiciones de uso necesarias para reducir los riesgos de sus productos y garantizar el uso seguro de los plaguicidas. Es importante señalar que, a diferencia de otras sustancias químicas, la utilización de productos fitosanitarios requiere la autorización previa de su utilización y de las condiciones de uso por parte de las Autoridades Competentes.
Las Ong descalifican las propuestas de la Comisión para identificar los perturbadores endocrinos
Un centenar de científicos exigen a la OMS la eliminación de plaguicidas altamente peligrosos
Las enfermedades que originan los perturbadores endocrinos cuestan 157.000 millones al año en la UE
El 3% de frutas y verduras vendidas en España superan el límite legal de pesticidas
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria respalda el Bisfenol hasta ver qué dice Washington