La jornada inaugural del primer juicio por supuesta corrupción contra la expresidenta de Argentina Cristina Fernández (2007-2015) culminó este martes, luego de la lectura de cargos en su contra, y se informó que la vista se reanudará el próximo lunes.
Poco después de las 15.00 hora local (18.00 GMT), Fernández salió de los tribunales federales de Buenos Aires entre vítores de seguidores que la esperaban en la puerta, tras las tres horas que duró la sesión, rodeada de un fuerte dispositivo de seguridad.
En la audiencia se leyeron las acusaciones y estuvieron presentes, además de la actual senadora junto a su abogado Carlos Beraldi, el empresario Lázaro Báez, el exministro de Planificación Julio de Vido y el exsecretario de Obras Públicas José López, entre otros implicados en la causa.
La Fiscalía apuntó, en la lectura de cargos, que tanto Cristina Fernández como su fallecido esposo, el también expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), fueron “jefes” de una “asociación delictiva” destinada a apoderarse “de millonarios fondos públicos” a través de la concesión de obras públicas durante los mandatos kirchneristas a las empresas de Báez en la sureña provincia de Santa Cruz.
Si bien la expresidenta no habló públicamente, esta mañana, temprano, afirmó en Twitter que el juicio -que se espera dure un año, con 13 imputados y más de 160 testigos- es un “nuevo acto de persecución” con el que se busca montar una “cortina de humo” para “distraer” de la crisis económica del país, y negó los cargos.
“Claramente no se trata de hacer justicia. Sólo armar una nueva cortina de humo que pretende distraer a los argentinos y las argentinas -cada vez con menos éxito- de la dramática situación que vive nuestro país y nuestro pueblo”, señaló.
En la sala, como espectadores y en apoyo a Fernández, se pudo ver a la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, a las madres de Plaza de Mayo Taty Almeida y Hebe de Bonafini y al sindicalista Hugo Yasky.