El presidente de la República Popular China, Xi Jinping, ha elegido, seguro que no casualmente, el foro económico mundial de Davos, todo un referente en los debates del sistema capitalista, celebrado este año de manera virtual, para decir al mundo occidental que China está dispuesta a jugar un nuevo papel en el desarrollo económico mundial basado en la colaboración y cooperación de los sistemas políticos diversos, siempre en el marco de las instituciones internacionales multilaterales, un espacio que rechazó Estados Unidos bajo el mandato de Donald Trump.
La intervención de Xi Jinping, en su traducción en español, lleva un deseo en el título: ‘Que la antorcha del multilateralismo ilumine el camino de la humanidad’. El mandatario chino plantea cuatro asignaturas pendientes a las que hay que dar una solución para que el mundo avance, y la primera es “Fortalecer la coordinación de las políticas macroeconómicas para promover juntos el crecimiento vigoroso, sostenible, equilibrado e inclusivo de la economía mundial”.
Reconociendo la actual crisis como la mayor desde la segunda guerra mundial, aunque China sea la única gran economía que ha sido capaz de haber hecho crecer su PIB en 2020, Jinping reclama en el presente, promover en paralelo el control de la pandemia y el desarrollo socioeconómico “con mayores incentivos macroeconómicos” para sacar al mundo de la crisis.
La segunda asignatura pendiente reclama a las democracias liberales del mundo desarrollado a “desechar los prejuicios ideológicos, para tomar juntos el camino de la coexistencia pacífica, beneficio mutuo y ganancia compartida”. El líder chino da a entender que el coloso asiático no pretende promover su sistema político en otros países, dejando claro que “Los sistemas sociales, al igual que las historias y culturas, ostentan características propias, yningunoes superior a otros. La clave estriba en su capacidad de adaptarse a las realidades nacionales, de ganarse el apoyo del pueblo, de traerla estabilidad política, el progreso social y la mejora del bienestar, y de contribuir al progreso de toda la humanidad”.
En la tercera, China requiere “superar la brecha entre los países desarrollados y los en vías de desarrollo para impulsar juntos el desarrollo y la prosperidad”, recordando que la desigualdad es cada vez mayor y reducirla es un desafío para el desarrollo sostenible.
En cuanto a la cuarta asignatura, El presidente de la república comunista, pide la unión universal para enfrentarse a los desafíos globales, con un refuerzo de la gobernanza global de la salud pública para afrontar pandemias como Covid 19 que pueden volver a ocurrir, o el cambio climático y el desarrollo sostenible. “Ninguno de los problemas globales se puede resolver por un país de forma individual, y la única solución radica en la acción global, la respuesta global y la cooperación global”, afirma Jinping.
Éste ataca la exclusión promovida por Estados Unidos. “Aquellos que crean pequeños círculos excluyentes, provocan la supuesta nueva guerra fría, excluyen, amenazan o intimidan a los demás, e incluso acuden arbitrariamente al desacoplamiento, al corte de suministros y a las sanciones en aras de separación y aislamiento artificiales, solo traen al mundo la división y la confrontación”, afirma.
Pide un cambio de liderazgo en la gobernanza mundial, para lo cual demanda ”consolidar la posición del G20 como la principal plataforma de la gobernanza económica global”, que debe basarse en “reglas y consensos de todos los países, y no en las órdenes de uno o un puñado de países”. China considera la Carta de la ONU como la norma básica para regular el funcionamiento internacional, de lo contrario sería un desastre.
La defensa de las instituciones multilaterales es uno de los ejes del discurso. “Las relaciones entre distintos países deben ser coordinadas y reguladas a través de los sistemas y las reglas vigentes, en vez de quedar a merced de la voluntad de aquellos que tengan el brazo más musculoso o el puño más grande”, apunta.
China considera vital conservar los valores y principios esenciales del multilateralismo, sin renunciar a su adaptación al devenir de la situación internacional. “Hemos de reformar y perfeccionar el sistema de gobernanza global realizando consultas amplias por sumar consensos para responder a los desafíos globales”, propone. A la Organización Mundial de la Salud la quiere convertir en un comunidad global de salud para todos, y anuncia que promoverá la reforma de la Organización Mundial del Comercio y el sistema financiero y monetario internacional “para garantizar los derechos, intereses y oportunidades en los países en desarrollo”.
También está de acuerdo en implementar el Acuerdo de París sobre el cambio climático y priorizar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. “En cabal cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU, China redoblará esfuerzos para llevar a cabo la construcción ecológica y acelerará el reajuste y la optimización de la estructura industrial y energética, abogando por un modelo de vida y producción verde y bajo en carbono”, añade.
En su intervención, el líder comunista recuerda los avances materiales que ha producido su régimen político: “ Tras una prolongada y ardua lucha de todo el pueblo chino, China ya está por culminar cabalmente la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada. Hemos conquistado logros históricos en la lucha decisiva contra la pobreza y emprendido la nueva marcha de la construcción integral de un país socialista moderno. Vamos a adaptarnos a la nueva etapa de desarrollo, llevar a la práctica las nuevas concepciones de desarrollo y forjar un nuevo paradigma de desarrollo en el que la circulación doméstica es el pilar y las circulaciones doméstica e internacional se refuerzan mutuamente”.