Un estudio reciente destaca como Cataluña y País Vasco están en vanguardia entre las 35 regiones mundialesgobi que aceleran la adaptación al cambio climático. Todas forman parte del plan ‘RegionsAdapt’, vinculado a COP21, que incluye gobiernos subnacionales que representan una población de casi 300 millones de personas en todos los continentes. Las sequías son el impacto del cambio climático más mencionado por los gobiernos regionales que divulgaron sus datos.
En Cataluña la sequía se valora como un impacto muy grave y menos grave en el País Vasco. En la autonomía catalana se ha puesto en marcha el plan de gestión del distrito de cuenca fluvial. La Agencia catalana del Agua indica que en períodos de sequía de emergencia, parte del agua regenerada (2m³/s) de la planta de tratamiento del tercer sistema del Llobregat se envía 8 km aguas arriba del río Molins de Rei para garantizar el flujo del río.
El País Vasco aplica diversas medidas para anticipar los riesgos derivados de un cambio en la estacionalidad de las precipitaciones. Incorpora estimaciones de estrés hídrico en los planes hidrológicos, facilita la creación de espacios verdes con subvenciones para acciones climáticas en municipios y planes para áreas especiales para la conservación. Además, el gobierno vasco promueve la eficiencia del agua mediante la renovación de la infraestructura de suministro, la agrupación de agentes de suministro de agua, así como la revisión de los impuestos y las medidas de concienciación.
Las sequías afectan principalmente a los recursos hídricos en estas 35 regiones, lo que resulta en una menor disponibilidad de agua y conduce a riesgos para las vidas de humanos y animales, disminución de la producción agrícola, pérdidas económicas, amenazas a los ecosistemas y sus servicios, así como otros riesgos físicos asociados.
De la sequía a las inundaciones
A la sequía le suceden las catástrofes del exceso de lluvia que se asocian principalmente con inundaciones, que representan riesgos significativos para la vida humana, edificios e infraestructura, así como problemas en la agricultura y la ganadería. Tanto en Cataluña como en el País Vasco las fuertes precipitaciones se califican como ‘incidentes serios’. Mientras en el País Vasco se trata de paliar la situación con la inversión de medidas en zonas rurales y en conservar el bosque para que el suelo retenga el agua, Cataluña instaló sistemas anti inundación en su territorio. Una red de colectores metropolitanos y redes municipales son las principales infraestructuras en las poblaciones de la región para drenar el agua de lluvia, regular, fluir y reducir el riesgo de inundación asociado con lluvias torrenciales. El sistema unificado de anti inundación de tanques construido en algunas ciudades en el Área Metropolitana de Barcelona es una medida para reducir el riesgo de inundación y garantizar la calidad de las aguas de baño, así como regular el flujo en plantas de tratamiento de agua.