Preocupados por los crecientes sentimientos antiglobalización en muchos países del mundo y el aumento de las medidas proteccionistas, los miembros del B20 -que representa a toda la comunidad empresarial del G20- han firmado un manifiesto contra el proteccionismo. Por parte de España, lo suscriben José Manuel González-Páramo (en la imagen), consejero ejecutivo del BBVA y copresidente del Grupo de Trabajo sobre Crecimiento e Infraestructura en esta coalición empresarial liderada por Alemania y Xabier Etxeberria, director general de Gamesa, y copresidente del Grupo de Trabajo sobre Energía, Clima y Eficiencia de los Recursos.
“Instamos a los gobiernos a resistir la tentación de recurrir a medidas proteccionistas como las barreras comerciales o las restricciones a la inversión”, advierten la cincuentena de empresarios representados en el B20. En su declaración institucional con gran presencia de empresas alemanas, desde Siemens a Basf o Deutsche Telekom, también aparece el gigante chino Alibaba Group cada vez más posicionado en los mercados europeos.
Tras reconocer que cada vez son más las comunidades que expresan una fuerte oposición a la liberalización del comercio y a la inversión internacional, advierten que las soluciones aparentemente sencillas tienen el riesgo de tener consecuencias negativas a largo plazo para las empresas, los trabajadores y los consumidores. Argumentan que el comercio promueve la prosperidad en todo el mundo. Al respecto destacan como entre 1990 y 2014, el comercio mundial se multiplicó por cinco y el ingreso per cápita mundial aumentó un 2,5. “Esto tuvo un efecto muy real y positivo en la vida de las personas: cientos de millones de personas han sido expulsadas de la pobreza y han mejorado sus niveles de vida y sus ingresos. Esto ha sido particularmente evidente en las regiones que se han integrado proactivamente en la economía mundial, como el Este y el Sudeste Asiático”.
Los desafíos de la globalización
En su declaración los empresarios del B20, no olvidan que la globalización también va acompañada de grandes desafíos. “Somos plenamente conscientes de que, a pesar de los beneficios generales del comercio y los flujos de inversión, los sentimientos antiglobalización han ido creciendo. Un número creciente de comunidades sienten que están en el extremo perdedor de una mayor competencia. Cada vez más personas tienen dificultades para adaptarse a un mundo que cambia rápidamente. Los negocios y los gobiernos deben trabajar juntos para tratar estas preocupaciones y gestionar la transición”.
Para los integrantes del B20, la prosperidad es el resultado del intercambio de ideas, bienes, servicios y finanzas. Las ventajas del comercio y la inversión son múltiples: las personas pueden aprender unas de otras en los negocios y más allá. La producción se vuelve más eficiente a través de la especialización y las economías de escala. Además, la apertura de los mercados refuerza la competencia. Ambos benefician a los consumidores, ya que su elección de bienes y servicios diversos y de alta calidad aumenta, al tiempo que se hacen disponibles a precios más bajos. Sostienen también que el aumento de la apertura ofrece más oportunidades de intercambio que significan menores costos de producción, menor consumo de recursos para la producción, así como transferencia de tecnología y conocimiento. “Los beneficios del comercio pueden contribuir a hacer frente a los principales retos de nuestro tiempo: los flujos migratorios, el cambio climático y los riesgos sanitarios mundiales. La globalización y la sostenibilidad no se excluyen mutuamente, sino que se refuerzan mutuamente”, subraya el manifiesto.
Por un crecimiento económico más inclusivo
La comunidad empresarial exige una mayor transparencia y comunicación más tangible tanto sobre los beneficios de la globalización como sobre los inconvenientes que conlleva. “Los gobiernos y las empresas deben asegurar conjuntamente que el comercio y la inversión no sean meramente gratuitos sino también justos. Necesitamos fortalecer conjuntamente nuestros esfuerzos para mejorar la educación y el aprendizaje permanente para ayudar a las personas a aprovechar nuevas oportunidades en un mundo cambiante. Los sistemas de protección social, que garantizan una red de seguridad para las personas que han perdido empleo, políticas activas del mercado de trabajo, que apoyan a las personas que se reincorporan al trabajo, y una sólida asociación social pueden contribuir a que el crecimiento económico sea más inclusivo. Esto debe proporcionar la base para la independencia y la realización individual en todo el mundo, para personas de todos los orígenes y experiencias educativas”. Para abordar estos desafíos, desde el B20 reconocen que no hay soluciones fáciles. “La globalización ha traído nuevas oportunidades, pero no ha hecho el mundo más simple. Incluso si las respuestas son a veces difíciles, una cosa está clara: los desafíos de la globalización no pueden resolverse dentro de las fronteras nacionales”.
El G20 es un foro importante para la cooperación económica internacional. Representa aproximadamente dos tercios de la población mundial, en todos los niveles de desarrollo y más de tres cuartas partes del PIB mundial. Dado su papel, el G20 es el foro adecuado para asegurar que las personas en todo el mundo puedan seguir beneficiándose de los mercados abiertos, mientras que la globalización se configura de manera que ofrezca oportunidades justas a los países, las empresas y los ciudadanos. La misión del B20 es apoyar al G20 a través de una representación consolidada de intereses, propuestas políticas concretas y experiencia.