L.C.
Corporate Europe Observatory (CEO) asegura que la Comisión Europea durante el mandato de José Barroso se plegó a las exigencias de los lobbies y menospreció las reivindicaciones de los ciudadanos. En este informe resume cómo la Comisión ha llegado a actuar en nombre de las empresas en los últimos cinco años, centrándose en las políticas climáticas, la agricultura y la alimentación, las finanzas, la economía y las políticas fiscales. El organismo de control de los lobbies hace públicas sus conclusiones cuando se celebra la Cumbre Europea de la Empresa, “donde los CEO disfrutan de un acceso sin igual a los comisarios europeos y los líderes políticos”.
El pasado 15 de mayo, miles de europeos se concentraron en Bruselas para rodear la Cumbre Europea de la Empresa y enviar un claro mensaje a los líderes políticos: “la democracia no está en venta a ningún precio”.
Menosprecio a los intereses de la sociedad
En su crítica CEO concluye que la Comisión ha llevado a cabo una agenda corporativa, con poca consideración por los intereses de la sociedad. Incluso acusa al equipo de Barroso de “luchar con uñas y dientes para evitar la regulación efectiva de los grupos de presión”, al oponerse a un registro obligatorio. “La Comisión Barroso II es la Comisión Europea en su peor momento. Con la crisis ha logrado ampliar su competencia, y ha utilizado sus nuevos poderes para imponer políticas que se ajustan perfectamente a los intereses de las grandes empresas”, afirma Kenneth Haar, coautor del informe. “Ponemos de relieve por qué la insistencia obstinada de la Comisión en la escucha de las grandes empresas en lugar de los ciudadanos europeos está impulsando a la gente en las calles”, subraya Pascoe Sabido, también coautor.
En un comentario sobre las elecciones indirectas del próximo presidente de la Comisión, que tuvo lugar en el Parlamento Europeo, Corporate Europe Observatory afirma que el problema con la Comisión es profundo. La falta de rendición de cuentas y la transparencia en la Comisión se explota con éxito por grandes grupos empresariales, y un simple cambio de guardia difícilmente soluciona la grave situación. Para los autores del informe, hay una necesidad de profundizar en las fallas fundamentales de esta institución clave de la UE, y la adopción de firmes normas sobre lobby, transparencia y ética.
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