Mucho se ha hablado y escrito sobre el trato favorable concedido por Rodrigo Rato, cuando presidía Bankia, a su amigo Jaime Castellanos, presente en muchos negocios y presidente del banco de inversión Lazard. Este banco consiguió importantes encomiendas de Bankia, desde la salida a Bolsa, pasando por algunas desinversiones, y según se ha sabido ahora por declaraciones del propio Castellanos en sede judicial, un último encargo con un premio de 10,6 millones de euros por buscarle un socio que sacara de apuros al banco de Rato, apenas dos meses antes de que la entidad fuera intervenida.
Nada nuevo bajo el sol, los amigos están para eso, aunque con los dineros ajenos hay que ser muy pulcro y sobre todo transparente, en lo que atañe a contratos de los que se benefician amigos, parientes y bienhechores. Parece sin embargo que Bankia no ha aprendido la lección de Lazard y está dispuesto a repetirla con un competidor, Rothschild, otro banco de inversión que se encarga de trabajos de fusiones y adquisiciones y reestructuraciones, principalmente.
El caso es que a Bankia se le han dado del orden de 23.000 millones de dinero de todos los ciudadanos españoles y no mantiene las prácticas de transparencia debida que se exigen a los dineros de todos. El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri acaba de contratar con Rotschild, por una cantidad que se desconoce, la asesoría para la venta de su cartera de participadas. Un negocio muy interesante, ya que entre las participadas hay compañías muy notables, Indra, Mapfre, IAG (British+Iberia), Deoleo (uno de los líderes mundiales del aceite de oliva), NH Hoteles e Iberdrola.
No estamos hablando por tanto de un negocio cualquiera, entregado completamente a Rothschild, y este contrato merecía alguna explicación, pero La Celosía ha preguntado y no se le ha dado ninguna. La transparencia es muy relevante en este caso, también para evitar suspicacias sobre trato de favor ya que este banco de negocios inglés tiene como dirigentes a varios excompañeros del actual ministro de Economía, Luis de Guindos, quien fichó al actual presidente Goirigolzarri para el cargo.
Luis de Guindos llevaba camino para ser un importante banquero de inversión cuando fue nombrado cabeza de Lehman Brothers en España, pero desgraciadamente esa carrera se truncó prematuramente por la quiebra del banco estadounidense. Coincidieron en Lehman con Guindos varios de los actuales altos dirigentes de Rothschild, Juan Gich, Iñigo Pañeda y Borja Arteaga.
La Celosía ha pedido al banco inglés un organigrama de su negocio español, pero se le ha informado de que solamente es de conocimiento interno. No obstante, los tres directivos citados son de los más relevantes de la entidad. Otra persona notable de conexión del banco inglés es Iñigo Fernández de Mesa, quien trabajó con De Guindos en Lehman, y fue fichado por el ministro para ocupar el muy alto cargo de Secretario del Tesoro, lo que le ha conducido también a sentarse en los consejos de administración del Banco de España y la CNMV. La entidad no oculta que tiene buenos contactos y en su carta de presentación afirma que uno de sus puntos fuertes son las “long-established relationships with key local decisiones makers”.
Rothschild tiene entidad suficiente para acallar las suspicacias ya que es uno de los líderes europeos tanto en fusiones y adquisiciones como en reestructuraciones, siempre y cuando actúe con la transparencia debida. El directivo de Bankia encargado de las participadas, consejero en varias de ellas, y por lo tanto el interlocutor de Rotschild es Manuel Lagares, quien también trabajó con De Guindos en el ministerio de Economía. Lagares fue director general de Política Comercial y el actual ministro Secretario de Estado de Economía. El último año de aquella legislatura del último gobierno de José María Aznar (2000-2004), Lagares pasó a depender de Juan Costa como subsecretario de Ciencia y Tecnología.
Otro hombre importante de Rothschild es Alfonso Cortina, quien fue nombrado presidente de Repsol cuando Aznar llegó al poder, y cuyo nombre ha figurado estos días en la prensa italiana por haber representado al banco cuando la escandalosa venta de Antonveneta por parte del Santander a Monte dei Paschi. El banco que ahora aconseja a Bankia trabajó como asesor del Santander, y lo debió hacer muy bien porque Botín consiguió 3.000 millones de ganancia en pocos meses. Confiemos que acierten también con las ventas de las participadas del banco de Goirigolzarri, ya que los ciudadanos nos jugamos mucho en Bankia.
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