Mientras se discute si está preparada o no para sustituir a su padre, Emilio Botín, a la cabeza del Banco Santander, la por ahora consejera delegada de la filial británica, Santander UK, Ana Patricia Botín ha comenzado una campaña de autobombo y ha mostrado voluntad de ganarse la simpatía del sector con declaraciones sobre la regulación que Reino Unido parece dispuesto a implantar para evitar imprudencias y negligencias de los banqueros.
La hija de Botín dice que un incremento del plazo, hasta siete años, para que una entidad pueda reclamar a un banquero la devolución de las primas (bonus) cobradas, tal como han planteado los reguladores británicos, Prudential Regulation Authority (Banco de Inglaterra) y la Financial Conduct Authority, además de diferir algunos pagos también en siete años, harían de Londres una plaza menos competitiva. “Es importante no ir más allá de lo que se hace en Estados Unidos y el resto de Europa para mantener la competitividad de Londres”, dijo Ana Patricia Botín en la presentación de resultados de su banco.
Ana Patricia hubiera tenido que devolver las primas de Banesto con una norma como la inglesa
Con una normativa como la que quieren implantar los reguladores británicos, sometida ahora a consulta pública, Ana Patricia Botín tendría que haber devuelto sus millonarios cobros en Banesto, una entidad que tuvo que ser absorbida por la matriz para evitar el desastre ocasionado por su mala gestión en la histórica entidad, que no disponía del colchón de la actividad internacional del Santander. La prensa británica dice que la heredera prevista para continuar con la dinastía Botín en el Santander (en realidad más Central, más Hispano y más Banesto) opina que lo se ve mal con la distancia que concede el tiempo puede que no lo fuera en el momento de la toma de decisiones, por lo que una penalización en diferido podría ser demasiado severa. Lo que se da no se quita, viene a ser su postura.
Habría que preguntarle a la principal dirigente de Santander UK si alguien tiene que devolver algún bonus por el estropicio que ha supuesto cubrir 304 millones de libras esterlinas (casi 390 millones de euros) con una provisión en los resultados del segundo trimestre por el gasto en software y unos equipos de tecnología que el banco considera ya inservibles tras haber montado una nueva plataforma tecnológica en la entidad.
Propaganda y autobombo de la hija de Botín
Ana Patricia Botín se ha mostrado encantada de haberse conocido en la presentación de resultados, con la publicación de unas declaraciones propias en las que asegura que “nuestro rendimiento, con resultados, una vez más, por encima de lo planeado, que reflejan la estratégica transformación que iniciamos en 2011”, es decir cuando ella llegó a la entidad (al final de 2010). Cuando la realidad es que el banco se aprovecha del buen momento que vive desde hace dos años la economía británica, y todavía sus clientes tienen una peor opinión del banco que en el caso de sus adversarios, aunque haya mejorado en el último año.
El consejero delegado del Banco Santander, Javier Marín, se debió exceder en sus elogios hacia la hija de su jefe, según recogen las crónicas de la presentación de resultados del grupo Santander celebrada ayer en Madrid. Al parecer Marín comentó que el banco británico ha sido completamente transformado por Ana Patricia. El negocio en Gran Bretaña ha sido el que más ha aportado al grupo, por delante de Brasil, pero todo es relativo. El Santander UK tiene el 28% de los activos y ha aportado el 20% del beneficio (775 millones de euros), mientras que Santander Brasil aporta el 19% del beneficio con el 13% del activo y con una economía mucho menos favorable en la actualidad.
A pesar de lo bien que va el banco de Ana Patricia, la matriz lo ha tenido que capitalizar hace poco más de un mes con 500 millones de libras mediante la suscripción íntegra de una emisión de bonos forzosamente convertibles en acciones si el ratio de capital cayera por debajo del 7%. El balance del banco se ha reducido respecto al año anterior, de 298.000 millones de libras ha bajado hasta 270.000 millones.
Otras informaciones de interés publicadas en La Celosía: